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Discurso del presidente Lula en la Cumbre Virtual sobre Ambición Climática - 23/04/2025
Saludo al secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, y a todos mis colegas, jefes de Estado y de Gobierno que aceptaron nuestra invitación para esta Cumbre.
Nuestro encuentro ocurre en un momento particularmente triste, debido al fallecimiento del Papa Francisco.
Estoy seguro de que sus enseñanzas sobre la necesidad de una “ecología integral”, que contemple a la naturaleza y al ser humano como un todo, nos servirán de inspiración.
A menos de siete meses de la COP30, que Brasil acogerá en Belém, Pará, el planeta parece estar entrando en un territorio desconocido para la ciencia.
El calentamiento global avanza a un ritmo más acelerado de lo previsto.
En 2024, la temperatura media de la Tierra superó por primera vez el límite crítico de un grado y medio por encima de los niveles preindustriales.
Muchos ecosistemas, como los bosques, los glaciares y los océanos, corren el riesgo de alcanzar un punto de no retorno.
La Amazonia registró la peor sequía de su historia y el calor extremo ha provocado el blanqueamiento masivo de los corales en el océano.
Negar la crisis climática no hará que desaparezca.
Debemos asegurar que el multilateralismo y la cooperación internacional sigan siendo la piedra angular de la respuesta global al cambio climático.
A pesar de los ataques contra el Acuerdo de París, fue gracias a él que logramos revertir las proyecciones más pesimistas de aumento de la temperatura, que preveían un incremento de cuatro grados hasta el fin del siglo.
En Brasil, cuando queremos movilizar esfuerzos en torno a un objetivo común, utilizamos una palabra de origen indígena llamada “mutirão” (esfuerzo conjunto).
Queremos hacer de la COP30 un gran “mutirão” en favor de la implementación de los compromisos climáticos.
Las guerras, las carreras armamentistas y la disminución en el apoyo al desarrollo y en la financiación climática nos hacen retroceder.
El planeta ya está harto de promesas que no se cumplen.
Este año, todos los países deben presentar sus nuevas Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC, por sus siglas en inglés), con metas de reducción de emisiones de carbono para 2035.
Brasil presentó su NDC en la COP de Bakú. Prevemos una reducción de entre el 59 % y el 67 % de las emisiones, abarcando todos los gases de efecto invernadero y todos los sectores de la economía.
Internamente, estamos formulando un Plan Climático que contemplará estrategias de mitigación, adaptación y justicia climática.
No se puede hablar de transición justa sin incorporar la perspectiva de sectores históricamente marginados, como las mujeres, la población negra y los indígenas, ni sin tener en cuenta las circunstancias del Sur Global.
La arquitectura para la elaboración de las NDC es suficientemente flexible como para combinar metas ambiciosas con las necesidades de desarrollo de cada Estado.
Los países ricos, que fueron los principales beneficiados por la economía basada en el carbono, tienen el deber de asumir sus responsabilidades.
Está en sus manos anticipar las metas de neutralidad climática y ampliar la financiación hasta alcanzar el objetivo de un billón trescientos mil millones de dólares.
Hago un llamado especial de apoyo a cuatro iniciativas que deben allanar nuestro camino hacia Belém en los próximos meses.
La primera es un esfuerzo que llamamos Balance Ético Global. Brasil y la ONU reunirán a líderes jóvenes y religiosos, artistas, pueblos originarios, científicos y tomadores de decisión en torno a un nuevo acuerdo con el planeta.
La segunda es la Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza. Junto con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) elaboramos una guía para la inclusión de políticas sociales y de transformación de los sistemas alimentarios en las NDC.
La tercera es la Iniciativa Global por la Integridad de la Información sobre el Cambio Climático, en colaboración con la UNESCO, que pretende valorar la ciencia y combatir la desinformación.
Por último, tenemos el Fondo Bosques Tropicales para Siempre, que será lanzado en la COP30, y que asignará recursos financieros a los países en desarrollo que preserven sus bosques.
Esta cumbre representa el inicio de un amplio movimiento rumbo a la COP30.
En el año en que celebramos el 80.º (octogésimo) aniversario de las Naciones Unidas, invito a todos a un diálogo sincero, abierto y genuino sobre lo que es necesario hacer para avanzar en la lucha contra el cambio climático.
Muchas gracias.