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Você está aqui: Inicio Seguir al Gobierno Discursos y Pronunciamientos 2025 06 Discurso del presidente Lula en la clausura del Foro Empresarial Brasil-Francia
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Discurso del presidente Lula en la clausura del Foro Empresarial Brasil-Francia

El presidente Luiz Inácio Lula da Silva abordó el flujo comercial entre Brasil y Francia, abogó por el acuerdo comercial entre la Unión Europea y el Mercosur y destacó las similitudes entre ambos países
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Publicado en 16/06/2025 22:48 Actualizado en 16/06/2025 22:49


Transmisión en directo realizada por CanalGov

Estimado Laurent Saint-Martin, ministro delegado encargado del comercio exterior de Francia, a través de quien saludo a las autoridades francesas. Estimado Márcio Elias Rosa, ministro interino de Desarrollo y Comercio [ministro interino y secretario ejecutivo del Ministerio de Desarrollo, Industria, Comercio y Servicios], estimado Jorge Viana, presidente de la APEX, estimado Ricardo Alban, presidente de la Confederación Nacional de Industrias de Brasil. Compañeros ministros aquí presentes, ministro de Relaciones Exteriores [Mauro Vieira], ministro de Justicia [Ricardo Lewandowski], ministro de Puertos y Aeropuertos [Silvio Costa Filho], ministro de Agricultura [Carlos Fávaro], que se encuentra muy feliz porque hoy Brasil ha recibido, de la Organización Mundial de Sanidad Animal, el certificado que acredita que Brasil, con 8,5 millones de kilómetros cuadrados y más de 250 millones de cabezas de ganado, es un país libre de fiebre aftosa, sin vacunación.

Estimados diputados federales que me han acompañado, senadores de la República, empresarios brasileños, empresarios franceses, empresarias francesas y empresarias brasileñas. Es una gran alegría que, tras trece años de ausencia, un presidente de la República de Brasil vuelva a París. No he vuelto a París para dar un paseo, sino para estrechar las relaciones entre dos países con una lengua de origen muy fuerte, el latín.

Y ayer me sentí muy orgulloso porque me rindieron homenaje en la Academia [Francesa], el segundo brasileño en recibir este honor. El primero fue Dom Pedro II, en 1872, si no me falla la memoria. Además, conseguí que se incluyera una nueva palabra en el diccionario francés, que no existía: “multilateralismo”.

Y después tuvimos una reunión de trabajo muy provechosa con el presidente Macron [Emmanuel Macron, presidente de Francia]. La reunión fue tan buena que, cuando terminó, le dije: presidente Macron, abra su corazón a Brasil y firmemos el acuerdo entre la Unión Europea y el Mercosur, para que podamos aprovechar esta oportunidad, porque quieren derrotar el multilateralismo, quieren derrotar el libre comercio, el retorno del proteccionismo no ayuda a nadie.

Por lo tanto, este es un momento extraordinario para fortalecer las relaciones democráticas, las relaciones comerciales, las relaciones políticas, las relaciones económicas y las relaciones culturales. Eso es lo que me lleva a estar en Francia, un país que siempre me ha acogido con gran calidez.

Nunca olvido que cuando creé el proyecto Fome Zero (Hambre Cero), en 2003, el primer presidente del mundo que me llamó por teléfono y que vino a reunirse conmigo para defender mi programa fue el presidente Chirac [Jacques Chirac, expresidente de Francia].

Después tuve una relación maravillosa con el presidente Sarkozy [Nicolas Sarkozy, expresidente de Francia], luego cuando François Hollande [expresidente de Francia] estaba en el cargo, no era presidente, pero quiero decirles que tengo una relación muy cordial con el compañero Macron. Ya ni siquiera lo llamo presidente, ahora es compañero. Es "compañero Macron" y "compañero Lula". Y, sobre todo, en este momento en que los franceses están orgullosos porque ganaron la Champions League.

Y la lección, la victoria del París Saint-Germain, se la he transmitido al presidente Macron, nos sirve de enseñanza en política. No hay soluciones mágicas ni soluciones individuales. Recuerdo cuando el París Saint-Germain contrató de una sola vez a Messi, cuando ya tenía a Mbappé, y contrató a Neymar para ganar la Champions y no lo consiguió.

El equipo del París Saint-Germain, campeón de la Champions League, con sus 11 jugadores, juntos ganan menos de lo que ganaban Mbappé, Messi y Neymar. Esto demuestra que, tanto en el fútbol como en la política, el conjunto vale mucho más que la acción individual.

Quiero decir que aquí está nuestro embajador André Corrêa do Lago, que será el presidente de la COP30, en el estado de Pará. Sería importante que te levantaras para que la gente sepa quién eres, André. Levántate para que la gente te vea, al menos mira hacia atrás.

Bueno, compañeros y compañeras, permítanme llamarlos así, acabo de terminar una reunión con los empresarios franceses y he salido convencido de que todos son mis compañeros. De hecho, incluso en la reunión en la que recibimos el certificado, con los empresarios del agronegocio, sentí que allí todos eran compañeros. Uno se da cuenta de que hay momentos en la vida en los que las diferencias desaparecen cuando se contemplan los objetivos comunes.

Y no puedo dejar de reconocer el arduo trabajo que los empresarios del agronegocio brasileño han realizado durante 60 años para que pudiéramos obtener este certificado. Y debemos aprender a reconocer el sacrificio. Del mismo modo, fue un gran orgullo celebrar la reunión con los empresarios franceses y ver el compromiso y el cariño que los empresarios franceses sienten por Brasil.

Creo que corresponde a la Confederación Nacional de la Industria, corresponde a nuestros ministros no dejar para cuando yo vuelva aquí la reunión con los empresarios. Es importante que creemos un sistema en el que podamos, de vez en cuando, elegir a empresarios de varios países y reunirnos para tomar un café, conversar, saber cuál es el problema, cuál es la dificultad, cuáles son las cosas buenas que están sucediendo. Porque no hay explicación para que un país del tamaño de Francia y del tamaño de Brasil, con la economía de Francia, con la economía de Brasil, solo tenga un flujo comercial de USD 10 mil millones de dólares.

No hay explicación. No sé de quién es la culpa, si es mía, si es de Macron, si es de otros gobiernos, si es de los empresarios. Lo que es un hecho concreto es lo siguiente: los ministros de Comercio Exterior no pueden quedarse sentados en una silla en el ministerio. Tienen que viajar.

Los franceses tienen que vender las cosas de Francia en el mundo y Brasil tiene que vender las cosas de Brasil. No podemos quedarnos sentados en un sillón pensando que somos los mejores del mundo y que alguien vendrá a buscarnos para comprarnos algo. Soy yo quien tiene que vender lo que creo que es bueno.

Si creemos que Brasil es competitivo en el sector agrícola, genial, tenemos que salir a defender nuestros productos. Yo, por ejemplo, le dije al ministro y le dije ayer a Macron: "Entiendo la necesidad de los discursos del Gobierno francés con respecto al acuerdo, con respecto a la defensa de sus agricultores". Le dije al presidente Macron: "Si reunimos a los agricultores franceses con los brasileños, habrá un descubrimiento extraordinario. Descubrirán que nuestras agriculturas son complementarias, que una no perjudica a la otra".

Ahora bien, ¿por qué yo no puedo comprar un pollo francés y por qué los franceses no pueden comprar un pollo brasileño? Al fin y al cabo, el comercio binacional es una vía de doble sentido. Yo compro y vendo. Exijo calidad, pero también la ofrezco. Es necesario que tengamos la suficiente apertura.

Le dije a Macron: “Reunamos a nuestros productores y verás que tienen mucha más afinidad entre ellos que nuestros técnicos”. No es que esté menospreciando al personal técnico, no. El personal técnico es muy importante. Son especialistas, personas bien formadas, personas muy cualificadas. Pero en este negocio de los acuerdos, falta cierta sensibilidad política, sensibilidad económica, sensibilidad hacia los intereses de quienes producen. Y eso es lo que tenemos que cambiar en nuestra forma de actuar.

Por eso soy optimista y se lo he dicho al presidente Macron —yo asumo la presidencia del Mercosur el 6 de julio y termino, creo, el 6 de diciembre— y le he dicho: "Antes de que termine la presidencia del Mercosur, debes estar preparado porque vamos a firmar el acuerdo entre la Unión Europea y el Mercosur".

Es una necesidad.

Es una necesidad para la Unión Europea, es una necesidad para el Mercosur y es una necesidad para el mundo. Es un acuerdo que involucra a 722 millones de personas, es un acuerdo que asciende a USD 22 billones. Es un acuerdo que demuestra, a quienes están tratando de derrotar el multilateralismo y a quienes están tratando de volver al proteccionismo, que el mundo no quiere un sheriff.

El mundo no tiene dueño.

Cada país es soberano y, de acuerdo con su soberanía, hace lo que quiere sin que nadie de otro país opine o imponga impuestos de forma desordenada que rompan la armonía de una economía que hasta entonces había funcionado bien.

Y, además, no aceptamos una nueva Guerra Fría.

No queremos estar disputando entre China y Estados Unidos. Quiero hacer negocios con China y quiero hacer negocios con Estados Unidos. Quiero hacer negocios con Francia y quiero hacer negocios con Alemania. Francia tiene que querer a Brasil y querer a otros países de América del Sur. No podemos aspirar a ser los dueños del comercio mundial.

Por eso he viajado mucho por el mundo, y voy a seguir viajando, y vamos a hacer algo en Brasil el... Creo que el 7, 8 y 9. Creo que será la primera vez. Aloysio [Nunes], tú que fuiste ministro de Relaciones Exteriores de Brasil, será la primera vez que vayamos a hacer el BRICS. Al terminar el BRICS, tendré una reunión bilateral con la India, tal vez una visita de Estado de la India, una visita de Estado de Egipto y luego una visita de Estado de Indonesia.

Solo en esa zona hay 1.700 millones de habitantes. Así que quien quiera vender, que se prepare, porque lo que no falta son consumidores. Tenemos que dotarnos de argumentos, porque cada visita tiene que ir acompañada de reuniones empresariales, ya que los políticos no saben hacer negocios.

Los políticos, lo máximo que hacen es abrir la puerta. Quienes saben negociar son ustedes, los empresarios, que se han preparado para ello. Por lo tanto, mi compromiso es permitir que los empresarios brasileños participen activamente en ello, Alban [Ricardo Alban, presidente de la Confederación Nacional de Industrias de Brasil], y la APEX [Agencia Brasileña de Promoción de Exportaciones e Inversiones]. Es decir, para que podamos hacer grandes negocios, porque el mundo no protege a quienes se quedan en casa descansando.

Es necesario salir a trabajar. Me levanto todos los días a las 5:30 a.m., hago dos horas de gimnasia y me acuesto a medianoche escuchando noticias negativas sobre mí. Estoy feliz de la vida. Estoy feliz de la vida.

Quiero agradecer la presencia de la prensa brasileña y francesa, y decirles, antes de leer mi breve discurso, que hace mucho tiempo que le pido a Dios el derecho a vivir 120 años.

Un día, leí en una revista que ya había nacido el hombre que iba a vivir 120 años. Entonces, se me ocurrió una idea. ¿Por qué no yo? Podría ser yo, ya he nacido, ya estoy aquí. Y además tengo el privilegio de haber nacido cuatro meses después de que terminara la Segunda Guerra Mundial.

Entonces, ustedes se dan cuenta de que nací para vivir. Y vivir bien. Como creo que existe el cielo, debe ser maravilloso, pero prefiero quedarme aquí en la Tierra. Sinceramente, le pido a Dios: "Déjame aquí, porque tengo muchas cosas que hacer".

Y por eso trato de cuidarme, trato de ser simpático, trato de llevarme bien con la gente, porque quien quiere vivir mucho tiempo no puede ser un pesado. Aunque lo sea, no puede ir por ahí diciendo cosas que le molestan a la gente.

Bueno, iniciativas como esta contribuyen enormemente a estrechar las relaciones entre nuestros países, situando la dimensión empresarial en el centro de la agenda bilateral. Estamos involucrando al sector privado en el avance de proyectos estratégicos que benefician a ambas partes. Como saben, hacía 13 años que un presidente de Brasil no visitaba Francia. Y cuando un presidente de Francia intentó visitar Brasil recientemente, el presidente de Brasil se escondió para no recibirlo.

¡Una vergüenza que no tiene medida!

Cuando la presidenta Dilma Rousseff estuvo en París, en 2012, nuestro intercambio alcanzó su punto álgido, con USD 10 mil millones. Sinceramente, es una vergüenza. Es muy poco. Brasil y Vietnam ya tienen un flujo comercial de USD13 mil millones.

Pues bien, ustedes, empresarios franceses, y ustedes, empresarios brasileños, pónganse manos a la obra.

Vamos a salir de aquí lanzando un plan de metas. "En los próximos 10 años, llegaremos a los USD 20 mil millones" Y trabajar para ello, porque si no hay un plan de metas y solo hacemos las cosas cuando la naturaleza nos lo permite, no funciona.

Tenemos que insistir, tratar de identificar, descubrir las oportunidades. Y puedo decirles que, en lo que respecta a la transición energética, y la transición climática, pocos países en el mundo ofrecerán las oportunidades que ofrece Brasil. Pocos. No queremos ser los mejores, solo queremos ser los más grandes. Eso es lo que tenemos en mente, ese es el objetivo del Gobierno.

Bueno, desde la llegada de la presidenta Dilma, no hemos conseguido recuperar ni siquiera los USD 10 mil millones. Mi Gobierno está decidido a recuperar el tiempo perdido y llevar nuestro comercio al nivel que corresponde a la asociación estratégica con Francia.

Con ese propósito he traído conmigo en mi comitiva a varios ministros y, por cierto, gobernador, he visto aquí presente al gobernador Brandão [Carlos Brandão], de Maranhão. Gracias por asistir a esta reunión, compañero Brandão.

Esta asociación es estratégica porque tiene vocación para estimular la investigación, la innovación, la productividad y la competitividad. Es con mucho orgullo que acabo de participar en la ceremonia de certificación, ya lo he dicho, de Brasil por parte de la Organización Mundial de Sanidad Animal.

El sistema sanitario de la industria agropecuaria brasileña es un ejemplo para el mundo. A veces leo en los periódicos que "tal país no quiere importar tal producto de Brasil porque tiene problemas". Me gustaría decirles a los empresarios franceses: no crean lo que estoy diciendo. Envíen a sus técnicos, a sus especialistas a Brasil. Para que puedan seguir de cerca la situación. Sinceramente, creo que no tenemos la mejor política de sanidad animal, ni la mejor política sanitaria, pero dudo que haya un país que tenga una mejor que la nuestra. Como máximo, será igual, porque nuestros productores han aprendido que, si queremos ganar espacio en el mundo, tenemos que ser los mejores.

Y, como les decía hace un momento a los empresarios, nadie gana una medalla de oro en los Juegos Olímpicos si no entrena sistemáticamente toda la semana. Si alguien cree que puede llevar una vida fácil y luego ganar la medalla, que no se haga ilusiones. Por cierto, ayer tuve la oportunidad de cenar con Macron y con un ciudadano de 140 kilos que es cinco veces campeón olímpico de judo por Francia [Teddy Riner]. Quien quiere, debe tener calidad, amigo.

Por lo tanto, Brasil se preparó para ser competitivo. ¡Brasil se preparó! Y queremos la medalla de oro a la mejor política sanitaria que pueda tener cualquier país del mundo, porque no podemos dar marcha atrás.

Pues bien, compañeros, si aún tienen dudas, visiten Brasil. Visítenlo, pidan información, vayan a nuestros laboratorios, y obtendrán una respuesta extraordinaria sobre lo que estamos haciendo. Nuestras prácticas innovadoras nos permiten ser el cuarto mayor productor mundial de alimentos, utilizando solo el 8 % de nuestro territorio.

Y ahora, para cumplir con las exigencias del cambio climático, hemos adoptado una política muy seria de recuperación de tierras degradadas, equivalente a casi 60 millones de hectáreas que queremos poner a disposición de la población para que las recupere y las cultive, sin necesidad de devastar la selva que aún permanece en pie. Es muy sencillo. En lugar de destruir algo bueno, vamos a recuperar algo malo.

Ese es el desafío que se nos plantea y estoy convencido de que también lograremos un gran éxito con esta política.

Más de la mitad de Brasil conserva la cobertura vegetal tal y como Dios creó el mundo. Solamente la naturaleza pone y quita cuando quiere, pero en Brasil hemos conservado gran parte de ella.

Con el Programa Nacional de Recuperación de Pastizales Degradados, vamos a aumentar la producción sin talar ni un solo árbol. Nuestra industria también es competitiva en varios sectores de alto contenido tecnológico. Proyectos bilaterales como el Programa de Submarinos en Itaguaí o la Fábrica de Helicópteros de Itajubá tienen un enorme potencial transformador. Profundizar la integración de estas y otras cadenas de valor permitirá generar más empleo e ingresos para ambas partes: la francesa y la brasileña.

Mi Gobierno está recuperando la capacidad de planificación del Estado brasileño y dando prioridad a la reindustrialización. En este viaje, ha venido conmigo el comandante de la Marina, el almirante Olsen, porque estamos ultimando un acuerdo definitivo con los franceses para fabricar el navío de propulsión nuclear en colaboración con Francia.

Este acuerdo se alcanzó con el expresidente Sarkozy y esperamos concluirlo lo antes posible. Porque Brasil, además de tener una costa marítima de 8.000 kilómetros, gestiona un área marina de 5,7 millones de kilómetros cuadrados. Tenemos mucha agua que cuidar, además de la nuestra. Y no se puede ir en canoa. No se puede. Por lo tanto, tenemos que tener un submarino como los que solo tienen las potencias mundiales.

Y por eso estamos... Y también helicópteros. Queremos hacer una gran compra de helicópteros en colaboración con los gobiernos de los estados para que podamos ocuparnos de la seguridad pública de los estados. Para ocuparnos de la deforestación y los incendios en los bosques brasileños. Y también para nuestra defensa. Brasil es un país que, como saben, cuenta con un inmenso territorio, riqueza mineral y riqueza del océano, pero no cuenta con la preparación efectiva de una potencia para ocuparse de ello.

Es por eso por lo que necesitamos fabricar helicópteros en Brasil con Francia para venderlos en América Latina. Ese es nuestro deseo. Por eso estamos negociando. Quizá cuando Macron vaya a la COP ya tengamos ese acuerdo listo para firmar y empecemos a convertir la fábrica de Helibras, situada en Itajubá, en el estado de Minas Gerais, en una gran fábrica de helicópteros.

El acuerdo que la Fiocruz (Fundación Oswaldo Cruz) ha firmado hoy con la empresa biofarmacéutica Sanofi y el Instituto Pasteur aúna investigación y producción, lo que demuestra el dinamismo y la capacidad del complejo industrial en el ámbito de la salud. Nuestra industria cultural también está en pleno auge. El cine nacional galardonado en los Óscar y en el Festival de Cannes confirma el talento de nuestro pueblo.

Es importante decirles una cosa: considero muy significativo. Brasil es el único país del mundo con más de 100 millones de habitantes que cuenta con un Sistema Único de Salud (SUS), aprobado en la Constitución de 1988.

Este Sistema de Salud Único siempre ha sido muy criticado por sectores privados que no estaban conformes con nuestro Sistema Único. Si no fuera por este sistema, cuando llegó la COVID habríamos perdido a mucha más gente de la que hemos perdido. Y lo más importante es que un país con 215 millones de habitantes que cuenta con un Sistema Único de Salud que atiende a la gran mayoría de la población necesita una industria sanitaria muy fuerte.

Por este motivo, en esta Nueva Industria Brasil dedicamos un capítulo especial a la industria de la salud, con el fin de comprar máquinas sofisticadas, de producir en Brasil máquinas sofisticadas y de producir todos los medicamentos que necesitamos. En Brasil se donan gratuitamente 41 medicamentos de uso continuado a la población. Gratis. La gente sale del médico y se lleva la medicina.

Además, ahora estamos creando un programa de salud llamado Agora Tem Especialista (Ahora hay un especialista), que garantiza a las personas más humildes del país que, cuando acudan a su primera consulta y el médico les diga que deben consultar a un especialista, tendrán acceso a uno rápidamente, y que cuando el especialista les diga que deben hacerse una resonancia magnética, no tendrán que esperar 11 meses, 10 meses o 12 meses. Queremos que sea inmediato.

Por eso, creemos firmemente que esta industria de la salud será algo extraordinario, sobre todo en un país que cuenta con un instituto como la Fiocruz, que es un instituto de la más alta calidad. Y creo que tendremos éxito.

Hace unos días estuve en China y llegamos a un acuerdo para fabricar muchas máquinas importantes en Brasil.

Vamos a resolver un problema grave, porque antes la gente pobre recibía la receta del médico, la llevaba a casa, la ponía encima de la mesita de noche y moría sin poder comprar el medicamento.

Empezamos a dispensar medicamentos gratuitos. Pero ahora la gente toma medicamentos, pero tiene que ir al especialista, y como no hay especialistas, muere sin haber visto a ningún especialista. Yo quiero que la gente reciba un trato muy respetuoso en el ámbito de la salud y entonces estoy seguro de que esta industria de la salud crecerá de forma extraordinaria.

También florece en la industria cultural. Saben que estamos haciendo algo extraordinario. Esto es motivo de orgullo para Brasil: ganar un Óscar con una película que cuenta una historia muy interesante. La película se titula Ainda Estou Aqui (Aún estoy aquí). Es la historia de la mujer de un diputado que fue llamado a declarar por la Policía Federal en la época del régimen militar, y nunca más volvió. Lo mataron.

Y su mujer... La película trata sobre ella. La película está basada en el libro que escribió su hijo Marcelo Paiva, quien está en silla de ruedas, es un gran escritor y un compañero de primera calidad. La película también fue reconocida por su calidad en el Festival de Cannes.

Son muchas cosas, mucho orgullo para nosotros, que siempre hemos sido tratados como un pequeño país del tercer mundo. Ganar en Cannes y ganar el Óscar es motivo de mucho orgullo, igual que para ustedes ganar la Champions League, que nunca habían ganado, para nosotros es ganar el Óscar, que nunca habíamos ganado, y Cannes, que nunca habíamos ganado.

Bueno, los cientos de eventos y actividades de las Jornadas Culturales Cruzadas entre Francia y Brasil ampliarán el conocimiento mutuo y el turismo. En Europa, Francia es el principal mercado emisor de turistas hacia Brasil. En los últimos dos años, el número de turistas franceses que visitan nuestro país ha crecido un 80 %.

Pero aquí tampoco vale. Ese 80 %, quien lo ha puesto aquí, sin duda lo ha hecho para complacerme. Porque, ¿sobre qué es ese 80 %? Entonces, la próxima vez, que pongan el número real de turistas. Porque una cosa es el 80 % sobre mil, otra cosa es el 80 % sobre 100 y otra cosa es el 80 % sobre 10.

Y no sé cuántos turistas franceses irían a Brasil. Pero puedo decirles que Francia es un país cuya economía se sustenta en el turismo como uno de los pilares más sólidos.

Porque ustedes tienen historia.

Son miles de años de historia.

Nosotros no tenemos historia. Fuimos descubiertos por los portugueses. Después, en un primer momento, mataron a casi todos los indígenas. Más tarde, comenzaron a traer negros de África. Fueron 350 años de esclavitud.

Pero nosotros tenemos algo que ustedes necesitan: la naturaleza. Naturaleza virgen e intacta. Lugares que no han sido alterados desde la llegada de los portugueses a Brasil en 1500. Playas maravillosas. Agua caliente. ¿Han estado alguna vez en una playa del nordeste brasileño? Mi mujer quería ir a la playa en Niza.

Yo le dije: "Oye, creo que el agua está helada. Creo que el agua está como cuando sacas una cerveza de la nevera". Ahora bien, si van a Pernambuco, a Bahía, Alagoas, Río Grande del Norte, Paraíba, se meterán en el agua a las cinco de la mañana como si estuvieran tomando una ducha tibia, de lo buena que está el agua.

Ah, los Lençóis Maranhenses son tan bonitos y aún no los conozco. Nunca he tenido la suerte de ir, pero es uno de los lugares más bonitos de Brasil, que quiero ver si paso unas vacaciones con Janja allí. Porque es un lugar muy, pero muy, muy bonito. Lo veo en fotografías y veo a mi compañero gobernador de Maranhão decir que los Lençóis Maranhenses son una obra de la naturaleza.

Bueno, Brasil es un mercado de 212 millones de personas. Yo digo 215 y el tipo me escribe 212. No es posible. No es posible, gente. La cosa es así: Brasil tuvo un censo en el gobierno anterior que no era creíble. Entonces tuvimos que hacer otro censo para dar credibilidad a la cantidad de personas que hay en Brasil. Yo sigo trabajando con la idea de 215 millones de brasileños, que es un número redondo y es el número que Brasil se merece, 215.

Bueno, y con una clase media en expansión, una juventud creativa y una democracia vibrante. Contraponiéndose a los pesimistas en los mercados internacionales, en los últimos dos años Brasil creció por encima del 3 %. Ustedes pueden decir: “Pero ese Lula, ese tipo viene aquí a decir que Brasil creció un 3 %. ¿Qué es un 3 %? ¿Cuánto ha crecido Francia? Pocos países han crecido más del 3 %. ¿Qué tiene de nuevo este crecimiento?

La novedad de este crecimiento es que, desde que dejé la presidencia de la República en diciembre de 2010, Brasil no crecía más del 3 %. Así que pasó 15 años sin crecer más del 3 %. Volvió a crecer cuando regresé a la presidencia.

Creció un 3,2 % en el primer año, ha crecido un 3,4 % ahora y, prepárense, porque vamos a seguir creciendo. Porque hay algo en lo que creo, que voy a decirles a los empresarios brasileños y franceses. Es una lógica económica que he construido. No la aprendí en la universidad, porque la universidad no enseña eso. No enseña eso.

Mi lógica es la siguiente: mucho dinero en manos de unos pocos significa pobreza, significa miseria, significa hambre. Ahora bien, poco dinero en manos de muchos significa exactamente lo contrario. Significa distribución de la renta. Porque cuando un ciudadano saca mil millones de dólares del banco, tardará años en poner en marcha su empresa o lo depositará en otro banco para obtener beneficios.

Pero cuando se pone dinero en manos del pueblo, aunque sea poco, ese dinero vuelve inmediatamente al mercado. Vuelve al día siguiente, con un agravante. Como el pueblo no puede evadir impuestos, pagará directamente el 28 % del dinero que recibió. Se descuenta al momento. No tiene forma de evadir impuestos. No hay posibilidad de evasión fiscal.

Entonces creo firmemente en que debemos fomentar cada vez más el crédito para las personas más humildes. Crédito, crédito, crédito. Hacer circular el dinero. El dinero no puede quedarse en el Banco Central ni en los bancos, no. El dinero tiene que circular en manos de la gente.

Y ese es uno de los éxitos de nuestro gobierno. Ya ocurrió en el gobierno anterior, cuando crecimos un 7,5 %. Yo iba a las reuniones, visitaba el mundo y mis ministros solo hablaban de macroeconomía, macroeconomía, macroeconomía, y yo solo hablaba de microeconomía. De microeconomía. Quiero el dinero en manos del pueblo. Para que pueda tener crédito. El microempresario individual. Dinero en manos de las mujeres, de las pequeñas empresarias de Brasil. Son muchas personas. Y ese dinero genera empleo. Ese dinero tiene un beneficio inmediato.

Esa es la clave del éxito de la economía brasileña. Solo en inclusión social, Brasil cuenta con más de 360 mil millones de reales. Dinero que otros gobiernos no habrían dado. Porque hay mucha gente a la que no le gusta ayudar a los pobres.

Hay mucha gente que piensa que es así, que tiene que haber pobres y tiene que haber ricos. Los ricos lo tienen todo, los pobres no tienen nada. Y así sigue. Pasan siglos, siglos y siglos y la gente sigue siendo pobre. Y yo no creo que las personas nazcan para ser pobres. Creo que las personas nacen en las condiciones en las que tienen que nacer. Pero desde el momento en que nacen, el Estado tiene la responsabilidad de crear las condiciones para que tengan la oportunidad de dejar de ser pobres. Eso es lo que tenemos que hacer.

Bueno, compañeros, estoy muy preocupado porque, en un mundo cada vez más complejo y en el que resurge el proteccionismo, es fundamental que los socios históricos se unan para hacer frente a las incertidumbres e inestabilidades de la economía global. Estoy seguro, pero realmente seguro, de que vamos a concluir el acuerdo entre la Unión Europea y el Mercosur. No nos dará resultados inmediatos, no. Y llevará tiempo, porque nada sucede de inmediato.

Pero el ejemplo que vamos a dar será muy importante. Por eso, voy a aprovechar mi relación de amistad con Macron y le llamaré todas las semanas para decirle: "Macron, Macron, amigo mío, Macron, compañero mío, hagamos negocios...". Seguro que saldrá bien. Entonces, cuando salga, volveré a París. Y entonces sí llegaremos a un acuerdo definitivo.

Estoy seguro, y ya se lo he dicho, que ayer le dije al presidente Macron: "Macron, reunamos a un grupo de personas relacionadas con la agricultura francesa y a otro grupo de personas relacionadas con la agricultura brasileña, y hagamos que se sienten a una mesa para hablar". "Cuál es tu problema? ¿Cuál es tu problema?". Y nos daremos cuenta de que hay mucha complementariedad entre los productores franceses y los brasileños. Francia tiene cosas muy especiales y eso no es competitivo, seguirá vendiendo. Pero nosotros también tenemos cosas buenas. Señores, no conocen la calidad de la carne brasileña. No conocen su calidad.

Yo, si fuera ministro de Agricultura, los habría invitado a todos a una parrillada. Pero él, como es tacaño, no los invita.

Otra cosa que le he dicho al compañero Macron: "Por el amor de Dios, Macron, tienes que decirles a los franceses que los franceses son un país amazónico". Los franceses no saben que la mayor frontera de Francia en el mundo es con Brasil. Nadie lo sabe. Y más aún, con la Amazonia brasileña. No es con el Brasil urbano, no, es con la Amazonia brasileña.

Llegué a proponerle a Sarkozy que creáramos una universidad entre los dos estados, Amapá y Francia, para poder debatir sobre la riqueza de nuestra biodiversidad. No fue posible, pero vamos a crear un instituto muy pronto, porque es necesario.

Bueno, compañeros y compañeras, quería terminar diciéndoles que espero que asistan a la COP30 en Brasil. Porque ustedes saben que estoy defendiendo mucho un cambio en la gobernanza mundial. Hoy en día no tenemos gobernanza mundial. La ONU ya no representa casi nada. Ninguna decisión de la ONU se cumple. Y los cinco países que son miembros permanentes del Consejo de Seguridad tampoco obedecen a la ONU.

Entonces, Putin [Vladimir Putin, presidente de Rusia] sigue en guerra con Ucrania sin decidirlo en la ONU. Estados Unidos invade Irak sin decidirlo en la ONU. Francia e Inglaterra van a Libia sin pasar por la ONU. ¿Qué pasa por la ONU? La ONU creó el Estado de Israel en 1947. ¿Por qué no crea ahora el Estado de Palestina? Porque no tiene fuerza.

La geopolítica mundial ha cambiado.

¿Por qué no hay en el Consejo de Seguridad de la ONU un país del tamaño de Brasil? ¿O de México? ¿Por qué no hay un país como India? ¿Por qué no hay... un país como Etiopía, con 126 millones de habitantes? ¿O Nigeria, con 216 millones de habitantes? ¿O Egipto, con 100 millones de habitantes?

Todas esas personas están fuera.

Alemania está fuera. Japón está fuera porque China no quiere. Alemania está fuera porque no sé lo que quiere. Señores, así no funciona.

Entendamos que ya no existe la ONU que se creó después de la Segunda Guerra Mundial.

Tenemos que abrir nuestra mente para comprender que la ONU debe volver a ser representativa. Cuando decidimos algo en la COP30, como se discutió el Acuerdo de París, la gente no lo cumple.

¿Y cuál es el castigo que reciben? Ninguno. Cuando Estados Unidos se niega a cumplir el Protocolo de Kioto y luego intenta salir del Acuerdo de París, ¿qué va a pasar en la COP30?

Estamos celebrando la COP30 en la Amazonía para mostrarle a la gente qué es la Amazonía. Porque hay mucha gente que habla de la Amazonía, pero poca gente la conoce. Y queremos que la gente vea de qué estamos hablando.

Porque dicen que la Amazonía es el pulmón del mundo. Llevo luchando contra esto desde los años 80. En aquella época viajaba por todo el mundo, Marina [Silva, ministra de Medio Ambiente y Cambio Climático], y en cualquier país al que llegaba decía: "No, porque la Amazonía es el pulmón del mundo, no se puede deforestar la Amazonía". Yo decía: "La Amazonia es el pulmón del mundo, pero nuestra deuda externa es la neumonía. Así que, por favor, ayúdennos a curar esta neumonía para que podamos salvar este pulmón".

Y aún hoy. Ahora, los bosques siguen siendo el pulmón del mundo, pero la pobreza es la desgracia del mundo. Los países que tienen bosques son casi todos pobres. América del Sur tiene una Amazonia que rodea varios países. Indonesia y el Congo [tienen bosques]. ¿Dónde hay más bosques

Y luego, los países más ricos deben comprender que tienen una responsabilidad histórica. Como comenzaron la industrialización hace mucho más tiempo, han emitido gases de efecto invernadero durante mucho más tiempo. Por lo tanto, deben pagar por ello. Deben pagar, de lo contrario no se resolverá el problema.

Sé que es difícil convencer a la gente, pero esa es la realidad. Ustedes ya han sacado provecho de contaminar el planeta. Ustedes ya han creado el Estado del Bienestar Social. ¿Y nosotros, que aún no hemos creado nada? ¿No vamos a tener la oportunidad de crear? Esa es la discusión que está sobre la mesa. Y, obviamente, es una discusión que requiere mucho convencimiento, mucho cariño, lo saben, no se puede imponer a la fuerza.

Y entonces, cuando decidamos las cosas, ¿quién va a obligar que se cumplan?

Tiene que haber una gobernanza mundial. Y no vamos a dejar que Trump [Donald Trump, presidente de los Estados Unidos] sea el presidente de esa gobernanza, no. No lo vamos a permitir, porque si él quiere serlo, nosotros salimos perjudicados. La gobernanza tiene que ser colectiva, no puede haber derecho de veto en el Consejo de la ONU. ¿Lo han visto en el asunto de Gaza?

¿Cuántas decisiones se han tomado? Hay 14 a favor, un veto, no pasa nada. Dicen que tiene que ser por consenso. No tiene por qué ser por consenso. El consenso es importante cuando se construye. Pero si no se construye, vota la mayoría. Eso es democracia.
Por lo tanto, nos encontramos en esta situación. Somos huérfanos de padre y madre. No contamos con una gobernanza global que pueda, como el G20 o como el BRICS. Si se unen todos, se obtiene un foro muy representativo en el que, cuando se toma una decisión, hay que cumplirla.

Si no cumplen, entonces sí, habrá un castigo colectivo para que la gente cumpla. ¡Porque actualmente no pasa nada!

Entonces, ese es el desafío que tiene la humanidad en el siglo XXI. Voy a terminar diciéndoles que también tenemos... Voy a Niza a participar en el Congreso de la Conferencia sobre el Océano, que es otra cosa muy menospreciada por todos nosotros. ¡Por todos nosotros!

Vamos a la playa, nos olvidamos de tirar la bolsa de plástico, nos olvidamos de tirar la lata o botella de cerveza y vamos dejando cosas en la basura. En poco tiempo, los tiburones nos están buscando en la orilla porque no hay más comida para que se alimenten.

Entonces debemos tener cuidado, porque lo que está pasando es lo siguiente: estamos destruyendo el planeta. No es posible que nosotros, que somos la única especie inteligente del mundo animal, seamos tan ignorantes como para destruir el mundo en el que vivimos. No hay otro mundo, solo este.

Entonces, en lugar de estar volando quién sabe adónde, vamos a conservar la Tierra. Se está tan bien aquí, señores. Se está tan bien, el aire es tan agradable. Así que vamos a preservar esto, dejemos de ser irresponsables, vamos a creer en la ciencia.

Pagamos los estudios de tanta gente para que se vuelvan tan inteligentes, que tenemos que asegurarnos de que lo que dicen es verdad.

¡Estamos ante un problema muy grave en el planeta!

Cuando veo heladas en Arabia Saudita, cuando veo el desierto del Sahara inundado, cuando veo llover mucho donde nunca llueve, veo secarse lo que nunca se seca, algo está pasando.

Y eso es lo que tenemos que cuidar, pero no es un país solo, son todos juntos. ¿Cuál es la contribución que Brasil puede aportar con su Amazonía? Estamos dispuestos a darla, asumimos el compromiso.

Ahora es necesario que la gente comprenda que debajo de cada copa de árbol hay un ser humano necesitado, que necesita sobrevivir. Esa es la cuestión que se nos plantea a todos. Y no es una cuestión del Gobierno, es una cuestión de la sociedad. Si no nos manifestamos, los gobiernos pensarán que están en lo cierto. Y si ustedes no se manifiestan, seguiremos cometiendo errores.

Bueno, Brasil tiene un compromiso muy serio con la agricultura baja en carbono. Solo para que se hagan una idea: Brasil es un país que tiene el 90 % de su energía eléctrica limpia. Brasil tiene una gasolina que utiliza un 30 % de etanol en la mezcla. Y Brasil tiene un combustible diésel que utiliza un 15 % de biodiésel en el combustible diésel.

Entonces nadie en el mundo viene a darnos lecciones sobre cómo descarbonizar el planeta.

Pero nosotros necesitamos sobrevivir. Y lo que queremos es construir asociaciones, nada más que eso. Se trata de construir asociaciones para que intentemos, colectivamente, encontrar una solución que garantice a nuestros hijos y a nuestros nietos un mundo habitable.

Porque si la temperatura supera los 1,5 °C y llega a los 4 °C, como se preveía antes del Acuerdo de París, pagaremos un precio muy alto.

Bueno, dicho esto, queridos compañeros y compañeras, voy a saltarme algunas páginas para terminar pronto mi discurso, porque ya he improvisado demasiado. Quería decirles que tengo un compromiso de vida en la lucha contra la desigualdad. Cualquier desigualdad. La desigualdad racial, de género, de salud, de educación, de salario, de empleo.

En Brasil aprobamos una ley por la cual las mujeres y los hombres reciben el mismo salario si desempeñan la misma función, si realizan el mismo trabajo. Pero tenemos que acudir a los juzgados, porque todos los empresarios cuestionan la ley. Entonces, ¿cómo acabamos con los prejuicios? ¿Cómo lo veo en los periódicos? Europa se está preparando, armándose. "No sé qué país ha destinado USD 800 mil millones para comprar armas" fue toda la Unión Europea. "Japón vuelve a comprar armas".

El mundo gastó el año pasado 2 billones y 700 mil millones de dólares en armas. Y al mismo tiempo, ante nuestros ojos, Haití está siendo destruido. Por el hambre. 733 millones de personas en el planeta Tierra se acuestan cada noche sin saber si al día siguiente tendrán un café con leche y un pan para desayunar.

¿No es esto motivo suficiente para indignarnos? Miren, si esto no es capaz de indignarnos, sinceramente, creo que hay que replantearse la humanidad.

De hecho, ¡hay que hacerlo!

Porque hoy en día, muchos de nosotros somos algoritmos. Ya no pensamos, decimos lo que nos dice el móvil. ¿No es así? ¿Cuántas horas pasan con el dedo en el móvil buscando noticias que ni siquiera les interesan? ¿Cuántas horas? ¿No es cierto?

Y todavía estamos inventando algo llamado inteligencia artificial. Imagínate cómo será una campaña electoral con inteligencia artificial. ¡100 % mentira! ¡100 % mentira! Eso es la inteligencia artificial. ¿Es realmente todo lo que dicen que es? Me da miedo, porque entonces, ¿para qué servimos los seres humanos? Nos van a descartar. El tipo me mirará y me dirá: “¿Ese Lula? Yo quiero un presidente con inteligencia artificial. Un tipo con ideas urbanas, con ideas para combatir el hambre. La inteligencia artificial es algo noble, algo sofisticado. No hay más problemas”. ¿Crees que el ser humano es capaz? No se da cuenta de que es tan inteligente que es capaz de construir una inteligencia que supere la suya y lo deje inútil.

Pues bien, sinceramente, yo soy de los que prefieren ser un ser humano, con sentimientos.

Yo lloro.

Cuando algo me llega al corazón, lloro. Lloro con las telenovelas. Lloro con las revistas. Lloro con las películas. Lloro cuando veo niños que necesitan cosas que nosotros podríamos darles. Cosas sencillas, sencillas, sencillas.

En mi país, el gobierno anterior pasó siete años sin aumentar la comida escolar. ¡Siete años! En mi país, mucha gente cree que para controlar el déficit fiscal no es necesario aumentar el salario mínimo. Lo mínimo es lo mínimo. ¿Cómo se puede recortar el aumento de lo mínimo?

Así que me pregunto si no sería bueno dejar que el humanismo prevaleciera en nuestras almas. ¡Humanismo! Volver a ser más cariñosos. Ir a un restaurante y mirar a la cara a la persona amada sin el móvil. Entonces te darás cuenta de que tu novio es bonito. Él se dará cuenta de que tu novia es bonita. O de que tu pareja es bonita. Pero nos estamos dejando manipular por los algoritmos.

Hay gente que se levanta a las seis de la mañana mirando el celular, almuerza mirando el celular, va al baño mirando el celular, vuelve a casa mirando el celular, se acuesta a medianoche mirando el celular. Y no queda tiempo para el humanismo. No queda tiempo para pensar en nada del mundo real.

Por lo tanto, creo que tenemos un desafío, compañeros. Sinceramente, creo que el mundo necesita humanismo. Necesitamos volver a abrazarnos. Necesitamos volver a ayudarnos. Nos estamos volviendo muy individualistas, cada uno con sus propios problemas.

El mundo está tan individualizado que cuando entras en un ascensor y hay otra persona, piensas que esa persona te está molestando. El mundo está tan individualista que cuando sales de tu garaje con el coche y hay otro coche delante, piensas que el conductor del otro coche es un idiota. ¡Te está estorbando!

¡Este mundo no es para los seres humanos!

Los seres humanos nacemos para vivir en comunión. En comunidad. Para ayudarnos unos a otros.

Ayer estaba en mi apartamento, aquí en el tercer piso, y veía a la gente salir del metro. La gente sale del metro mirando el celular. Ni siquiera miran las escaleras. La gente no mira a los lados si hay una chica bonita o un chico bonito. Ni siquiera miran a los lados. Todo el mundo es así. Mis ministros también.

En las reuniones, prohibí el uso del teléfono celular. En mi oficina tampoco se usa el celular. Porque ellos marcan una audiencia, llegan a mi oficina y quieren contestar el celular.

Bueno, compañeros. Dije que no iba a ser tedioso y he sido muy tedioso. Pero como no vengo aquí a menudo, espero que me disculpen por lo tedioso que he sido.

Muchas gracias por su cariño. Y muchas gracias por este día.

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Presidente Lula

Francia

Acuerdo Unión Europea-Mercosur

Emmanuel Macron

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