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Lula en el G7: “Belém será una prueba para que los líderes mundiales demuestren la seriedad de su compromiso con el futuro”
Lula reiteró la importancia de que los países establezcan metas ambiciosas para evitar que el calentamiento global supere 1,5 grados - Foto: Ricardo Stuckert/Secom-PR
El presidente Luiz Inácio Lula da Silva aprovechó su participación en la sesión ampliada de la Cumbre del G7, el martes 17 de junio, en Canadá, para invitar a los demás líderes presentes en la reunión a participar en la 30.ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP30), que se celebrará en Belém, Pará, en noviembre de este año.
Los países endeudados no disponen de medios para transformar sus matrices energéticas. Instrumentos como el canje de deuda por desarrollo y la emisión de derechos especiales de giro pueden movilizar recursos valiosos”
LUIZ INÁCIO LULA DA SILVA
Presidente de la República
“Cuento con la participación de todos los aquí presentes en la COP30, en pleno corazón de la Amazonia. Belém será una prueba para que los líderes mundiales demuestren la seriedad de su compromiso con el futuro de las personas y del planeta”, subrayó Lula. Una de las autoridades que ya ha confirmado su presencia en la Conferencia fue el primer ministro de Canadá, Mark Carney.
El Gobierno brasileño planea lanzar en Belém el Fondo Bosques Tropicales para Siempre, cuyo objetivo es remunerar los servicios ecosistémicos que los países en desarrollo con cobertura forestal brindan al planeta. “Estamos desarrollando una herramienta que nos permitirá proteger estos biomas mediante incentivos positivos, sin recurrir a medidas punitivas”, explicó el presidente en referencia a la iniciativa que se lanzará en la COP30.
Lula reiteró la importancia de que los países establezcan metas ambiciosas para impedir que el calentamiento global supere los 1,5 grados. En este sentido, Brasil tiene como meta reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero entre un 59 % y un 67 % para 2035 en todos los sectores económicos.
FINANCIAMIENTO — Considerando que una transición energética inclusiva requiere de grandes recursos, el mandatario brasileño manifestó su preocupación por la escasez de financiamiento. “A las promesas incumplidas se suman recortes y retrocesos deliberados. El Protocolo de Kioto fue un símbolo de nuestro fracaso colectivo. Los cien mil millones de dólares anuales previstos en la COP15 de Copenhague jamás se alcanzaron. En 2024, los países ricos redujeron su Ayuda Oficial al Desarrollo en un 7,1 %. El año pasado la COP de Bakú nos dejó resultados decepcionantes. A través de la hoja de ruta Bakú-Belém, la presidencia brasileña de la COP30 y Azerbaiyán están trabajando para revertir este panorama”, afirmó.
Um dos temas centrais da reunião que participamos hoje foi a transição energética. A transição energética já é uma realidade, mas há muito a fazer para que seja justa. Dois bilhões de pessoas não dispõem de combustíveis limpos para cozinhar alimentos. Cerca de 700 milhões não têm… pic.twitter.com/jZB6O8sBOs
— Lula (@LulaOficial) June 17, 2025
COOPERACIÓN — En la sesión ampliada de la Cumbre del G7, Lula también subrayó que la cooperación tributaria internacional es necesaria para reducir las desigualdades. En este contexto, señaló que gravar el patrimonio de los ultrarricos con un 2 % podría generar 250 mil millones de dólares anuales para luchar contra los desafíos sociales y medioambientales actuales.
“Los miembros del G7 detentan más del 40 % del poder de voto en el Banco Mundial y el FMI. Es crucial hacer que estas instituciones sean más representativas para acercarlas a las necesidades del Sur Global. Los países endeudados no disponen de medios para transformar sus matrices energéticas. Instrumentos como el canje de deuda por desarrollo y la emisión de derechos especiales de giro pueden movilizar recursos valiosos”, declaró Lula. Además, defendió la simplificación del acceso a los fondos climáticos y el fomento de mecanismos innovadores.
SOBRE EL GRUPO — El G7 se creó en 1975 por iniciativa del presidente francés Valéry Giscard d’Estaing, con el objetivo de reunir a los países más industrializados del mundo en aquel momento para abordar cuestiones de política económica de interés común. En 2025, el grupo cumplirá 50 años de existencia. Actualmente, los países miembros son Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y el Reino Unido, así como la Unión Europea.
Brasil mantiene una coordinación con los miembros del G7 sobre temas de la agenda internacional, ya sea de forma bilateral, en el marco del G20 o en organismos internacionales donde Brasil y los miembros del grupo interactúan.