Lula instó a la comunidad internacional a actuar en favor de la preservación de los océanos: “O actuamos o el planeta corre peligro”

En el marco de su agenda oficial en Europa, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva participó el domingo, 8 de junio, en el acto de clausura del Foro de Economía y Finanzas Azules, celebrado en Mónaco. El evento está directamente relacionado con la tercera Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Océanos, que tendrá lugar en Niza, Francia, del 9 al 13 de junio, y en la que también estará presente el presidente.

En 2024, los países ricos redujeron la Ayuda Oficial al Desarrollo en un 7 %. Por el contrario, sus gastos militares aumentaron un 9,4 %. Esto demuestra que el dinero no escasea. Lo que falta es voluntad y compromiso político para financiarla"

Luiz Inácio Lula da Silva, presidente de la República

En el contexto del Día Mundial de los Océanos, el presidente subrayó la necesidad de que la comunidad internacional se comprometa de manera efectiva con la conservación y el uso sostenible de los recursos marinos, tal como prevé el Objetivo de Desarrollo Sostenible 14 de la Agenda 2030. “O actuamos, o el planeta estará en peligro”, advirtió.

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Lula recordó que más del 80 % del comercio internacional se realiza por vía marítima. “Si el océano fuera un país, ocuparía el quinto lugar entre las mayores economías del mundo. Genera anualmente 2,6 billones de dólares. En su lecho se encuentran recursos naturales inestimables”, afirmó. No obstante, destacó el abandono que enfrenta la causa. “El ODS 14, dedicado a la conservación y el uso sostenible de los recursos marinos, es uno de los objetivos con menor financiamiento de toda la Agenda 2030. Se estima que el déficit para su implementación es de USD 150 mil millones al año. La insuficiencia de recursos constituye un problema crónico para varias iniciativas multilaterales”.

ACTOR CLAVE - Con casi 8 mil km de costa, Brasil desempeña un papel central en los asuntos oceánicos. Aporta una gran biodiversidad marina y costera, y alberga comunidades tradicionales que dependen directamente de los océanos. Este año, el país será anfitrión de la COP30, en Belém, Pará, con el objetivo de revertir la falta de compromiso internacional con el financiamiento necesario para evitar que el calentamiento global supere el umbral de 1,5 ºC, límite señalado por la comunidad científica como esencial para contener los efectos más severos del cambio climático.

VOLUNTAD - “El año pasado, la COP de Bakú nos dejó con unos resultados por debajo de lo esperado. Para revertir esta situación, la presidencia brasileña de la COP30 y Azerbaiyán están elaborando la Hoja de Ruta Bakú-Belém. En 2024, los países ricos redujeron la Ayuda Oficial al Desarrollo en un 7 %. Por el contrario, sus gastos militares aumentaron un 9,4 %. Esto demuestra que el dinero no escasea. Lo que falta es voluntad y compromiso político para financiarla”, insistió Lula.

IMPACTOS DESIGUALES - Según el presidente, las consecuencias de esta omisión afectan de forma dramática a los países en desarrollo. “De los 33 países de América Latina y el Caribe, 23 tienen más territorio marítimo que terrestre. África tiene 13 millones de kilómetros cuadrados de territorio marítimo. Esta superficie equivale a la suma del territorio continental de la Unión Europea y de los Estados Unidos. Fortalecer la economía azul, hacerla más diversa y sostenible, contribuye a la prosperidad de los países en desarrollo”, señaló el presidente, al recordar que este tema fue una de las prioridades de la presidencia brasileña del G20 en 2024.

BÚSQUEDA DE SOLUCIONES - Lula también propuso caminos para resolver el problema, vinculados a cambios en las instituciones multilaterales y sus mecanismos de financiación. “Las instituciones financieras internacionales desempeñan un papel central. Insistimos en la necesidad de contar con bancos multilaterales mejores, más grandes y más eficaces. Instrumentos como el canje de deuda por desarrollo y la emisión de derechos especiales de giro pueden movilizar recursos valiosos”, señaló.

EJEMPLO - Según Lula, la adopción por parte de la Organización Marítima Internacional de metas vinculantes para alcanzar la neutralidad de carbono en el transporte marítimo para 2050 es una iniciativa prometedora, ya que fomentará la demanda de energías renovables. Sin embargo, aún es necesario adoptar medidas similares para poner fin a la contaminación por plásticos en los océanos y avanzar en la ratificación del nuevo tratado de biodiversidad en aguas internacionales.

BRICS - Además de reforzar el debate en el G20 y en la COP30, Brasil también pretende ampliar el debate sobre desarrollo sostenible en la Cumbre del BRICS, que acogerá en julio en Río de Janeiro. Lula recordó que el Nuevo Banco de Desarrollo del BRICS ha ampliado su enfoque en el financiamiento climático, asignando más de USD 2,6 mil millones a proyectos de agua y saneamiento.

DEBERES NACIONALES - El presidente también destacó acciones internas adoptadas por Brasil, como la articulación entre inversión pública y privada. Mencionó el programa Bolsa Verde, que transfiere ingresos a más de 12 mil familias que contribuyen a preservar unidades de conservación marinas. Mencionó además una cartera del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) de más de USD 70 millones dedicada a la economía azul, con énfasis en proyectos orientados a la conservación.

MUTIRÃO (ESFUERZO CONJUNTO) - “Financiamos proyectos de planificación espacial marina, conservación costera y descarbonización de la flota naval y la infraestructura portuaria. Estamos recuperando manglares y arrecifes de coral, y estamos invirtiendo en pesca sostenible y gestión de recursos hídricos”, enumeró Lula. También aprovechó la oportunidad para convocar al mundo a un verdadero “mutirão”, una palabra de origen indígena que simboliza la unión de esfuerzos en torno a un bien común. “El planeta no puede soportar más promesas incumplidas. No hay soluciones aisladas para los desafíos que requieren una acción colectiva”, concluyó.

AGENDA - A lo largo del domingo 8 de junio, el presidente Lula cumplió con otros compromisos oficiales. Antes de su discurso en la clausura del Foro de Economía y Finanzas Azules, se reunió con el príncipe Alberto II de Mónaco. Tras el foro, almorzó con el presidente del Consejo Europeo, António Costa.