Geografía
Datos Geográficos
Brasil es el país más grande de América Latina; su territorio ocupa casi la mitad del continente sudamericano (47,3%), con una superficie de 8.515.767,049 kilómetros cuadrados. En tamaño ocupa el quinto lugar en el mundo, después de Rusia, Canadá, China y los EUA. El territorio brasileño está constituido por un bloque único y un pequeño número de islas. En un mapa del globo terráqueo puede apreciarse que la saliente oriental de Brasil se ajusta a la curva cóncava de la costa oeste de África. De acuerdo con la teoría de la separación y desplazamiento de los continentes, África y América del Sur fueron una vez linderos entre sí, pero se habrían separado hace millones de años.
La línea del Ecuador pasa a través del norte del país cerca de Macapá, capital del Estado de Amapá; el Trópico de Capricornio pasa por el sur cerca de São Paulo. El ancho máximo de Brasil, 4.319,4 kilómetros, es casi igual a la mayor distancia entre el norte y el sur del país, es decir, 4.394,7 kilómetros.
Brasil está constituido por una república federal formada por la unión de 26 estados federados y por el Distrito Federal. El país cuenta con 5.570 municipios.
Brasil limita con la Guayana Francesa, Surinam, Guyana, Venezuela y Colombia, al norte; Uruguay y Argentina, al sur; Paraguay, Bolivia y Perú, al oeste. Ecuador y Chile son los dos únicos países de Sudamérica continental que no comparten límites con él. Toda la costa marítima de 7.367 kilómetros está bañada por el Océano Atlántico.
El País tiene una población superior a 200 millones de habitantes. Una estimación del tamaño de la población, actualizada en tiempo real, está disponible en la página electrónica del IBGE.
Topografía
En el paisaje de Brasil predominan dos características: el río Amazonas - con su cuenca circundante de tierras bajas de 4.000.000 kilómetros cuadrados– y el Macizo Central, una altiplanicie que se levanta hacia el sur desde el río Amazonas. La mayor parte del Macizo Central está constituido por mesetas, que varían entre los 300 y 500 metros por sobre el nivel del mar, interrumpidas por un número de cadenas de sierras bajas y profundos valles. El Macizo Central se eleva empinado en el este formando un acantilado, donde algunos picos alcanzan una altura de 2.500 metros o más, cayendo verticalmente hacia una angosta planicie costera atlántica. Otra red de cadenas montañosas más altas se extiende desde el sur del país hacia el noroeste, formando una división continental entre el Océano Atlántico y el interior. El pico más alto de Brasil, es el Pico da Neblina, alcanza los 3.014 metros y se encuentra al norte, cerca de la frontera con Venezuela.
Hidrografía
Brasil cuenta con uno de los mayores sistemas fluviales del mundo, compuesto por ocho cuencas hidrográficas. Las del Amazonas y de Tocantins-Araguaia (en el norte) representan el 56% del total del área hidrográfica del territorio. El río Amazonas es el más grande del mundo en volumen de agua y segundo en longitud, después del Nilo. Tiene 6.577 kilómetros, de los cuales 3.615 kilómetros se encuentran en territorio brasileño. El río es navegable por buques marítimos hasta 3.885 kilómetros, es decir que, aguas arriba, los barcos pueden llegar sin problemas hasta Iquitos, en Perú.
La cuenca de los ríos Paraná-Paraguay abarca una superficie que se extiende desde la zona suroeste del Estado de Minas Gerais hasta el Atlántico, a través del estuario del Río de la Plata, que baña Buenos Aires y Montevideo. Los dos estados del extremo sur de Brasil, son bañados por el río Uruguay, que también desemboca en el Río de la Plata.
El río San Francisco es el más grande localizado completamente dentro de Brasil, y recorre más de 1.600 kilómetros hacia el norte, antes de desviarse al este hacia el Atlántico; nace, como el Paraná y el Tocantins, en el Macizo Central del país. El curso superior del río es navegable por embarcaciones de pequeño calado en algunas zonas, pero sólo los últimos 277 kilómetros del curso inferior son navegables para barcos de alta mar.
Clima
Aunque el 90% del país se encuentra dentro de la zona tropical, más del 60% de los brasileños viven en áreas donde la altitud, los vientos marinos o los frentes polares fríos mitigan el calor.
Existen cinco regiones climáticas en Brasil: ecuatorial, tropical, semiárida, tropical de macizo y subtropical. Las ciudades ubicadas en mesetas tales como São Paulo, Brasília y Belo Horizonte, tienen un clima muy templado con temperaturas que promedian los 19º C. Rio de Janeiro, Recife y Salvador, sobre la costa, tienen temperaturas más cálidas balanceadas con la constancia de los vientos alisios. En cambio, en las ciudades sureñas de Porto Alegre y Curitiba, se suceden heladas con cierta regularidad y las temperaturas en invierno pueden llegar a niveles bajo cero.
A pesar de la creencia general de que la Amazonia es una región de calor abrasador, es poco frecuente que la temperatura ascienda a más de 32º C. En realidad, el promedio anual de temperatura está entre los 22º a 26º C, con algunas pequeñas variaciones estacionales entre el mes más cálido y el más frío. La zona más cálida de Brasil es el nordeste; allí, durante mayo y noviembre las temperaturas llegan a superar los 38º C. El noroeste cuenta con un período más extenso de variaciones climáticas, a diferencia de la región del Amazonas que es más estable. A lo largo de la costa del Atlántico –desde Recife hasta Rio de Janeiro–, las temperaturas promedio varían entre los 23º y los 27º C. En el interior del país, más montañoso, las temperaturas son más bajas y oscilan entre 18º y 21º C. Al sur de Rio, por su parte, las diferencias entre estaciones están más marcadas y la escala anual de temperaturas es menor; la temperatura promedio para esa zona del país varía entre los 17º y los 19º C.
Promedio Anual de Precipitaciones
Las lluvias más intensas se dan en la desembocadura del río Amazonas, cerca de la ciudad de Belém, y también en las vastas zonas altas de la región amazónica, donde caen más de 2.000 milímetros por año. Otra región de grandes precipitaciones es la que comprende el borde del gran acantilado en el Estado de São Paulo. El resto de Brasil, sin embargo, tiene precipitaciones moderadas de entre 1.000 y 1.500 milímetros al año, con la mayor parte de lluvias durante el verano, es decir, entre diciembre y abril.
Los inviernos brasileños suelen ser secos. La zona más seca del país es el nordeste, el llamado polígono de sequía, que abarca el 10% del territorio nacional. En esta región las precipitaciones son impredecibles y el nivel de evaporación es muy elevado, lo que dificulta el cultivo de productos agrícolas. A lo largo de la costa, al sur de Recife, las montañas provocan las lluvias de los vientos alisios. En algunos lugares detrás de las montañas. En algunos lugares detrás de las montañas, tales como la región de Salvador, la zona es seca, debido a que la lluvia se descarga sobre las montañas y estas impiden que el agua fluya hacia el interior.
Estaciones
Las estaciones en Brasil son similares a las de Argentina, e inversas a las de Europa y EUA:
Primavera = del 22 de septiembre, hasta el 21 de diciembre.
Verano = del 22 de diciembre, hasta el 21 de marzo.
Otoño = del 22 de marzo al 21 de junio.
Invierno = de 22 de junio al 21 de septiembre.
Vegetación
La variedad de climas, sumada a las condiciones topográficas e hidrográficas de su territorio, se reflejan en la vegetación de Brasil. En la cuenca del Amazonas y en aquellos lugares a lo largo de la costa, en los que las lluvias son muy abundantes, existe una vegetación de selva tropical compuesta por árboles perennes de hojas anchas que crecen de manera exuberante. La selva tropical está conformada por una enorme variedad de especies diferentes, unas 3.000 en cada 2.6 kilómetros cuadrados. En las llanuras y mesetas de la costa este, los árboles son más pequeños que en la selva tropical y pierden sus hojas en la estación seca, ya que en esa área hay menos lluvias y la estación seca es muy intensa.
En el nordeste semiárido, predomina la caatinga, una zona de arbustos secos. La mayor parte de la región central de Brasil está cubierta por una sabana selvática conocida como el cerrado; este es un tipo especial de terreno que combina escasos arbustos y pastos resistentes a la sequía. En el sur, bosques de pinos (pino de Paraná o araucaria) cubren el macizo, y los pastos, las llanuras que están a nivel del mar. El Pantanal Matogrossense, por su parte, es una planicie que abarca una extensión de 230.000 kilómetros cuadrados en la porción oriental del centro del país. Está cubierto de pastos altos, malezas y árboles muy dispersos y suele quedar sumergido en época de lluvias.
Fauna
De las doce categorías de mamíferos que habitan el trópico del hemisferio oriental del mundo, once están presentes en Brasil representadas por más de 600 especies. Esto incluye varias de la familia de los felinos como el jaguar y animales pequeños como el puma, el jaguarundi y el ocelote; también son comunes otros mamíferos como los perezosos, osos hormigueros, tapires, armadillos, delfines marinos, chiguiro y 30 especies de monos. Brasil cuenta con una enorme variedad de aves, que suma 1.600 especies, dentro de las cuales se incluyen muchas clases de papagayos o guacamayos. Además existen por lo menos 40 especies de tortugas, 120 tipos de lagartijas, 230 de víboras, 5 especies de cocodrilos, 331 variedades de anfibios y 1.500 especies de peces de agua dulce. Los naturalistas han catalogado más de 100.000 invertebrados en Brasil de los cuales más de 70.000 son insectos.
Sin dudas, la selva amazónica contiene la reserva única de bio-organismos más grande del mundo. Nadie sabe realmente cuántas especies conviven en la selva, pero los científicos estiman que existen entre 800.000 y 5 millones, conformando entre el 15 y el 30% de todas las especies del mundo entero. A medida que los naturalistas van catalogando nuevas especies de peces de agua dulce, sus descubrimientos sugieren que podría haber alrededor de 3.000 tipos en los ríos y lagunas de esa región. Entre los peces encontrados en el área están el piracuru, considerado el pez de agua dulce más grande del mundo con ejemplares de más de 2 metros de largo, que pesan 125 kilos; el tambaqui, miembro de la familia de los characin, que se alimentan de frutos y poseen dientes capaces de romper semillas tan duras como las de los gomeros y la palmera jauarí; y la piraña, un pez conocido por su ferocidad carnívora.
Recursos Minerales
Brasil posee depósitos minerales extremadamente ricos, aunque los recursos totales del país aún no hayan sido cuantificados en su totalidad. El país cuenta con una reserva comercialmente recuperable de mineral de hierro que es la sexta más grande del mundo y suma unos 20.600 millones de toneladas, un 8,6% del total mundial. El contenido de hierro es alto y varía entre el 50 y el 70% de hematita e itabirita. La mayoría de los depósitos –casi el 95%– se concentran en los Estados de Minas Gerais y Pará, contando solo Minas Gerais con el 75%.
Los depósitos identificados en Brasil son suficientes para abastecer la demanda mundial de hierro (si se tienen en cuenta los niveles actuales y las predicciones de crecimiento) por los próximos 17 años. Además del mineral de hierro, Brasil posee la sexta reserva más grande del mundo de manganeso, con depósitos comprobados de unos 53.800 millones de toneladas; la tercera reserva mundial de bauxita, de 3.900 millones de toneladas; y el 5,2% de las reservas mundiales de níquel, de 8.900 millones de toneladas, con el 74% de sus depósitos ubicados en el estado de Goiás. La reciente confirmación de la existencia de reservas de alto grado de contenido de uranio (1,3%) en el Estado de Minas Gerais y Goiás también ha sido considerada de suma importancia.
En el territorio brasileño existen además reservas de potasio, fosfato, tungsteno (un elemento usado para el endurecimiento del acero), casiterita (el principal elemento para el estaño), plomo, grafito, cromo, oro, zirconio (un elemento metálico duro y dúctil que tiene muchos usos industriales), y un raro elemento metálico y radioactivo conocido como torio. Finalmente, Brasil es capaz del proveer el 90% de las piedras preciosas que existen en el mundo, entre las cuales figuran diamantes, aguamarinas, topacios, amatistas, turmalinas y esmeraldas.
REGIONES DE BRASILFontes: IBGE / Geografia Homem & Espaço de Elian Alabi Lucci, Editora Saraiva - 2000
Región Norte
Está conformada por los Estados de Amazonas, Pará, Acre, Rondônia, Roraima, Amapá y Tocantins. Esta región ocupa principalmente la cuenca del Amazonas y está cubierta en gran parte por exuberantes selvas tropicales. El río Amazonas atraviesa la región de oeste a este hasta desembocar en el Océano Atlántico y existe una gran cantidad de ríos en la zona. En volumen, esta región cuenta con la mayor concentración de agua dulce del mundo, lo que representa un quinto de la reserva mundial de agua potable. Las dos mayores ciudades amazónicas son Manaus, capital del Estado de Amazonas, y Belém, capital del Estado de Pará.
Desde su descubrimiento, la cuenca amazónica ha ofrecido a los europeos una visión tentadora de riqueza disponible y abundancia natural. Sin embargo, hasta mediados del siglo XIX, la región se mantuvo inalterada como reserva económica. Amazonas tuvo gran prosperidad con la creciente demanda de caucho a fines del siglo XIX, cuando la población creció más de seis veces y el ingreso regional aumentó unas doce veces entre 1850 y 1910, año en que colapsó el mercado del caucho.
Durante las décadas de los 60 y 70 hubo un renovado interés en la riqueza mineral del Amazonas y su potencial agrícola. Además, los cambios en la legislación sobre las concesiones mineras y la buena disposición de las empresas estatales para formar empresas conjuntas con corporaciones extranjeras incrementaron la exploración y explotación. El Gobierno auspició una variedad de esquemas de colonización, todos bajo la premisa de que los confines despoblados de la selva amazónica son una válvula de escape para absorber a los campesinos de la denominada zona del Nordeste, Los incentivos del Gobierno para alentar los asentamientos rurales terminaron siendo una fuente de contaminación ambiental en Amazonas; la prueba es que los proyectos para el desarrollo y la migración doméstica durante los años 70 y 80 llevaron a la deforestación de 414.400 kilómetros cuadrados en la región. Por ejemplo, los incendios forestales se convirtieron en un tema de interés mundial y el Gobierno brasileño debió promover diversas políticas para controlar el desarrollo amazónico.
Tras los incidentes, los incentivos fiscales y los créditos oficiales para proyectos ganaderos y agrícolas en la zona fueron suspendidos. La exportación de madera también se prohibió; desde 1989 el ritmo de la deforestación se redujo drásticamente y dejó el 90% de la región amazónica intacta. En la actualidad, la selva amazónica es monitoreada por satélite y los esfuerzos de protección ambiental del país son reforzados por la comunidad internacional a través del Programa Piloto para la Protección de la Selva Tropical Brasileña auspiciado por la Unión Europea, los EUA y otros doce países.
Región Nordeste
Está conformada por los Estados de Maranhão, Piauí, Ceará, Rio Grande do Norte, Paraíba, Pernambuco, Bahia, Alagoas y Sergipe. Enormes extensiones de esta región –donde vive casi el 30% de la población brasileña–, están sujetas a sequías crónicas. Sin embargo, el área cuenta con amplio potencial económico, que incluye reservas de petróleo. También el Gobierno Federal ha brindado atención especial a la región a través de la Superintendencia para el Desarrollo del Nordeste (SUDENE), con lo cual trata de compensar las duras condiciones climáticas que afectan la economía de la zona.
Pernambuco y Bahia, cuyas capitales, Recife y Salvador, fueron los primeros grandes polos de Brasil colonial, todavía ejercen una fuerte influencia en la cultura brasileña. Mucho de lo que es característicamente brasileño en la música, el folclor, la cocina y las costumbres sociales, tuvo su origen en esa región.
Región Centro-Oeste
Está conformada por los Estados de Mato Grosso, Mato Grosso do Sul, Goiás y el Distrito Federal. Esta región, cubierta de sabanas extensas y praderas tropicales, aún está escasamente poblada. Aunque durante décadas fue la más aislada del país, la región ha experimentado una rápida expansión de su producción rural y se han establecido nuevas industrias. La capital del país -Brasília- fue fundada en 1960 y también está ubicada en la región. El Gobierno Federal ha destinado amplias áreas de la región Centro-Oeste como reserva para las tribus de indígenas nativos que originalmente las habitaban. También en esa zona se encuentra el Pantanal de Mato-Grosso –paraíso de la vida salvaje– que genera gran interés entre los estudiosos de la naturaleza de todo el mundo.
Región Sureste
Está conformada por los Estados de Rio de Janeiro, São Paulo, Minas Gerais y Espírito Santo. Las zonas altamente industrializadas que rodean las ciudades de São Paulo (donde vive el 54,46% de los asalariados del país), Rio de Janeiro y Belo Horizonte conforman el eje económico de Brasil y concentran la mayor parte de su población. El área es rica en minerales y su agricultura es la más avanzada del país; produce café, soja y granos para la exportación, así como una variedad de comestibles frescos y procesados
Región Sur
Está conformada por los Estados de Paraná, Santa Catarina y Rio Grande do Sul. Esta región también se encuentra sumamente desarrollada y mantiene un equilibrio entre los sectores rurales e industriales. Hacia el sur, la meseta se convierte en amplias planicies llamadas pampas donde las actividades tradicionales de pastoreo son realizadas por los gaúchos, campesinos similares a los gauchos rioplatenses. En el oeste, situadas en la frontera entre Brasil y Argentina, se encuentran las Cataratas del Iguaçú, una de las más hermosas maravillas naturales del mundo. A menos de 20 kilómetros de distancia, sobre el río Paraná que separa a Brasil del Paraguay, se encuentra Itaipú, la mayor represa hidroeléctrica del mundo. La principal ciudad de esa región es Porto Alegre, capital del Estado de Rio Grande do Sul.
PRINCIPALES CIUDADES
Brasília
Desde la segunda mitad del siglo XVIII, las autoridades de Brasil consideraron la posibilidad de trasladar la sede administrativa del Gobierno de Rio de Janeiro hacia alguna zona del interior, que estuviera a salvo de ataques navales. La primera Constitución Republicana (1891) llegó incluso a definir dónde estaría el futuro Distrito Federal -un rectángulo dentro del Estado de Goiás, en el corazón del país-, pero no fue sino en 1956, luego de ocho años de investigaciones, cuando comenzó el diseño y la construcción de la nueva capital, durante la presidencia de Juscelino Kubitschek. El sitio elegido para Brasília está ubicado en el Distrito Federal de 5.814 kilómetros cuadrados sobre una meseta escasamente poblada del Estado de Goiás, a 1.100 metros sobre el nivel del mar y a 1.200 kilómetros de Rio de Janeiro.
El plan urbano maestro fue concebido por el arquitecto brasileño Lúcio Costa, y los principales edificios de gobierno fueron diseñados por el arquitecto Oscar Niemeyer. El paisajista Roberto Burle Marx planificó el diseño y la selección de variedades de plantas para agregarle un vívido telón verde al paisaje seco y amarillo de la sabana. El 21 de abril de 1960, Brasília fue inaugurada oficialmente y comenzó a funcionar como nueva capital de Brasil; en la actualidad sigue siendo considerada como uno de los grandes desarrollos arquitectónicos del siglo XX.
São Paulo fue fundada por los jesuitas en 1554, en una meseta de 760 metros sobre el nivel del mar y a sólo 72 kilómetros de la costa, como un centro misionero para los primeros colonos e indígenas que allí habitaban. Durante siglos siguió siendo un poblado pequeño hasta que, alrededor de 1850, comenzó a crecer y enriquecerse gracias a las muy productivas plantaciones de café que proliferaban en su territorio. Más tarde, los ingresos generados por las exportaciones de café y el crecimiento de la población proveyeron de capital y mano de obra para el establecimiento de una base industrial. En la actualidad, existen en São Paulo unas 371.569 empresas que cubren todas las áreas productivas imaginables.
Río de JaneiroCon la inauguración de Brasília, Río de Janeiro dejó de ser la capital de Brasil; a pesar del tiempo transcurrido, los brasileños aún discuten si la hermosa Río mejoró o se vio afectada con la mudanza. De todos modos, la segunda ciudad más grande de Brasil continúa siendo un importante centro cultural y, en cierta medida, también su capital simbólica.
Río de Janeiro tiene una belleza majestuosa, con zonas edificadas anidadas entre magníficas bahías y playas deslumbrantes, y una cadena montañosa que se eleva cubierta de exuberante bosque tropical. Este paisaje único hace de Rio una de las ciudades más hermosas del mundo, justificando su título de la "ciudad maravillosa" (como comúnmente se la denomina en Brasil).
La vida cultural de Río es intensa y variada. Económicamente es un núcleo de la industria de servicios, un centro financiero clave, y productor de comestibles, materiales para la construcción, equipos eléctricos, sustancias químicas, fármacos, bebidas y textiles. Pero es en las actividades recreativas en lo que más se destaca. Con sus playas mundialmente famosas, de libre acceso, tales como Copacabana e Ipanema, su espléndida bahía y su clima, Río de Janeiro es una ciudad que vive al sol y para el sol.
SalvadorCapital del Estado de Bahia, Salvador fue el primer puerto más importante y la capital del Brasil colonial por casi dos siglos. La ciudad se extiende entre verdes montes tropicales y amplias playas a lo largo de la Bahia de Todos os Santos. Fue construida en dos niveles, con edificios administrativos y residencias sobre las colinas y fuertes, muelles y depósitos sobre la playa. La ciudad está dividida en la ciudad alta y la ciudad baja.
Desde 1500 hasta 1815, Salvador fue el puerto de mayor movimiento del país. Una parte importante de la producción de azúcar producido en el nordeste así como el oro y los diamantes de las minas del sur pasaron por el puerto de Salvador. Fue una época de prosperidad para la ciudad: se construyeron casas magníficas e iglesias resplandecientes decoradas con oro. Por esa razón, muchas de las iglesias barrocas de la ciudad, residencias particulares, plazas e incluso pavimentos de adoquines cortados a mano, han sido preservados como parte del patrimonio histórico de Brasil.
En Salvador, más que en cualquier otro lugar del país, la influencia cultural africana en la conformación de la cultura brasileña es evidente. En el Estado de Bahia el 70% de la población es de raza negra, es decir, diez de sus trece millones de habitantes. Esa composición racial ha dado una fuerte impronta cultural a la región, una de las más visitadas por el turismo local y extranjero. Desde los platos que conservan sus nombres africanos (caruru, vatapá y acarajé), las ceremonias del candomblé afro-brasileñas hasta las escuelas de capoeira donde se enseña una forma de lucha ritual africana única, la presencia de África es una constante.
Belo HorizonteBelo Horizonte, la primera ciudad moderna de Brasil concebida en la mesa de un arquitecto, fue diseñada especialmente para que ejerciera su rol de capital del Estado de Minas Gerais. Sus amplias avenidas arboladas y sus planificados suburbios residenciales, sin embargo, han sufrido el impacto de la alta tasa de urbanización del país. Belo Horizonte es centro de distribución y procesamiento de una rica región agrícola y minera, además de ser núcleo de un complejo industrial floreciente. La industria minera se destaca en la fabricación de acero y sus derivados, además de automóviles y textiles. Oro, manganeso y piedras preciosas de las regiones aledañas también son procesados en la ciudad. Belo Horizonte es además un centro cultural de liderazgo con tres universidades, un museo histórico, numerosas bibliotecas y estadios deportivos, actividades favorecidas por un clima fresco y agradable.
CuritibaCuritiba, situada a 914 metros sobre el nivel del mar sobre la meseta de Serra do Mar, es la capital del progresista Estado de Paraná. Desde finales del 1800, el clima envolvente de Curitiba y su ubicación pintoresca han atraído inmigrantes de origen esclavo, germano e italiano. Curitiba creció rápidamente después de 1950 y es reconocida por haberse convertido en una gran ciudad sin perder su cómodo estilo de vida. En la última década, Curitiba marcó estándares internacionales no sólo por sus prudentes políticas ambientales, sino también por la forma entusiasta en que sus ciudadanos se adhieren a ellas y las defienden. La ciudad obtiene su prosperidad económica de su papel como centro comercial y de procesamiento de las áreas agropecuarias del interior, así como también por sus diversas manufacturas industriales.
RecifeRecife fue construida como ciudad-puerto sobre playas tropicales de arenas blancas e hileras de palmeras y es la capital del Estado nordestino de Pernambuco. Recife es un área urbana de rápido crecimiento que ha sido llamada la Venecia de Brasil, debido a que se encuentra dividida por numerosos canales de agua y conectada por muchos puentes. La ciudad recibió su nombre por los arrecifes de coral que se alinean en sus costas. Los pescadores locales salen al mar en jangada –balsas de troncos toscos con hermosas velas únicas en la zona–, que requieren habilidades de experto en navegación para maniobrarlas y se han convertido en la postal más característica de sus playas. Recife exporta grandes cantidades de productos, entre ellos, azúcar, algodón y café
Porto AlegrePorto Alegre, la ciudad más grande en el sur de Brasil, es la capital del Estado de Rio Grande do Sul, y fue fundada en 1742 por inmigrantes de las Islas Azores. Desde el siglo XIX, la ciudad ha recibido numerosas migraciones de colonos alemanes e italianos.
Situada en la confluencia de cinco ríos, se ha convertido en un importante puerto, así como en uno de los principales centros de industria y comercio de Brasil y el Mercosur (la unión aduanera conformada por Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay desde 1991). Productos del rico interior agrícola-ganadero, tales como cuero, carnes y arroz, se exportan desde esta ciudad.
Tres son los componentes raciales básicos de la población brasileña. A los indios autóctonos se les sumaron sucesivas oleadas de inmigración europea (principalmente portugueses) y africana (la mayoría de la costa oeste sub-sahariana).
En el siglo XVI, la región que hoy constituye Brasil estaba habitada por varios cientos de tribus indígenas quienes, aunque racialmente similares, hablaban diferentes idiomas y tenían culturas distintas. Los grupos que hablaban el tupí y el guaraní vivían sobre la costa y en las adyacencias hacia el interior y establecieron uniones interraciales con los colonos portugueses. Muchas tribus que hablaban otros idiomas (gê, arwak y karib), por otro lado, vivían en el interior y les llevó más tiempo establecer contacto con los extranjeros. Hoy, el número de indígenas nativos de Brasil es de aproximadamente 250.000, divididos en unas 200 tribus y con 180 idiomas diferentes. a mayoría de ellos vive en amplias reservas delimitadas por el Gobierno Federal, que abarcan. En estas áreas preservan libremente sus formas de vida.
También a mediados del siglo XVI, africanos pertenecientes a la tribu bantú y a grupos étnicos de Sudán (una gran proporción provenientes de la nación Yoruba, actualmente Nigeria y Benin), fueron llevados a Brasil a trabajar como esclavos en plantaciones de caña de azúcar y, más tarde, en las minas de oro y diamantes y en plantaciones de café. El proceso de integración que se había iniciado entre los europeos y los indígenas pronto se expandió para incluir a los africanos y sus descendientes.
Esta mezcla racial continuó mientras Brasil comenzó a recibir, a fines del siglo XIX, un creciente número de inmigrantes de Europa, Medio Oriente y Asia. Portugal siguió siendo la fuente principal de migración a Brasil, con Italia en segundo lugar, seguida por el Líbano. En la primera mitad del siglo XX, como consecuencia de la guerra o depresiones económicas, un número considerable de inmigrantes llegó al Brasil desde zonas del oeste, centro y este de Europa. A ellos se sumó en 1908 un considerable contingente de 640 inmigrantes del Japón, que inició una oleada migratoria japonesa. De hecho, en 1969 ingresaron a Brasil 247.312 japoneses y en la actualidad, los brasileños de ascendencia japonesa son la mayor colonia de ese origen que existe en el mundo.
Actualizado: 16/12/2022