Trabajo y Cambio Climático: Estrategias del G20 para una Transición Justa
Los cambios climáticos han impactado directamente en el deterioro de la calidad de vida de los trabajadores en todo el mundo. Están más expuestos a varios riesgos para la salud y la seguridad debido a eventos meteorológicos extremos, como la exposición a la radiación ultravioleta solar, la contaminación del aire en el lugar de trabajo, enfermedades transmitidas por vectores y productos agroquímicos, según el informe de la Organización Mundial del Trabajo. En un artículo exclusivo para el sitio web del G20 Brasil, el investigador Atahualpa Blanchet analiza el papel de los países miembros del G20 en la recomendación de caminos y soluciones para este desafío. En su opinión, la Transición Justa es uno de los conceptos destacados para coordinar, a nivel internacional, un conjunto de medidas para hacer frente de manera eficaz a las causas y efectos del cambio climático y sus impactos en la clase trabajadora y las comunidades afectadas.

El impacto de los cambios climáticos es uno de los principales ejes de debate propuesto por la presidencia del G20 ejercida por Brasil en 2024. Datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) indican que los trabajadores están entre los más afectados por el calentamiento global y expuestos a diversos riesgos para la salud y la seguridad derivados de eventos meteorológicos cada vez más extremos, intensos y frecuentes.
La exposición a la radiación ultravioleta solar y a fenómenos como tormentas, lluvias excesivas, sequías históricas, contaminación del aire en el lugar de trabajo, enfermedades transmitidas por vectores y productos agroquímicos son algunas de las situaciones a las que están sometidos los trabajadores.
La OIT, en un informe publicado en abril de 2024, advierte que más de 22 millones de enfermedades laborales y casi 19 mil muertes al año se atribuyen al calor excesivo que afecta a más de 2,4 mil millones de trabajadores.
Otros riesgos graves para la salud, como el cáncer, enfermedades cardiovasculares, respiratorias, disfunciones renales y trastornos mentales, pueden atribuirse a la contaminación del aire en el lugar de trabajo, revelando la influencia de factores ambientales y de los impactos del cambio climático, alcanzando aproximadamente al 70% de los trabajadores en el mundo y causando, en total, más de 860 mil muertes al año.
Los trabajadores en sectores como la agricultura, la construcción civil, el transporte y los servicios de emergencia están particularmente vulnerables a los riesgos del cambio climático. Al mismo tiempo, la precarización de las relaciones laborales y la informalidad laboral son elementos que agravan la situación, especialmente en los países menos desarrollados.
En este escenario, la Transición Justa es uno de los conceptos destacados en las discusiones del G20 para coordinar, a nivel internacional, un conjunto de medidas destinadas a abordar de manera efectiva las causas y los efectos del cambio climático y sus impactos en la clase trabajadora y las comunidades afectadas.
Las acciones dirigidas a la formación profesional y al desarrollo de habilidades digitales y ambientales, así como el estímulo para la capacitación en la interacción humano algoritmo para el manejo adecuado de herramientas de Inteligencia Artificial, son algunos de los caminos trazados hacia la necesaria adaptación a una economía que será cada vez más digitalizada y descarbonizada.
La transición digital, la energética y la neoindustrialización son dimensiones interconectadas para el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Las tecnologías emergentes, como la robótica y la Inteligencia Artificial, deben aplicarse para la preservación del medio ambiente y el desarrollo social, poniendo a la clase trabajadora en el centro de las políticas públicas, buscando así complementar la utilización de los instrumentos de automatización con el ingenio y el trabajo humano.
El G20 y las medidas de protección de los trabajadores frente a los cambios climáticos
Para lograr estos objetivos, el G20 cuenta con una importante acumulación institucional por medio de sus Grupos de Trabajo, y tiene el potencial de articularse para, a través de sus miembros, incidir de manera transversal y estratégica en las cuestiones relacionadas con los cambios climáticos y sus impactos en el mundo laboral.
Entre los países del G20, Canadá, por ejemplo, implementó el Plan de Acción sobre Cambio Climático y Transición Justa, que tiene como objetivo proteger a los trabajadores y comunidades afectadas por la transición hacia una economía baja en carbono. Este plan incluye medidas de apoyo para la capacitación, reubicación y recalificación de trabajadores de áreas tradicionales hacia áreas más sostenibles.
Para lograr estos objetivos, el G20 cuenta con una importante acumulación institucional por medio de sus Grupos de Trabajo, y tiene el potencial de articularse para, a través de sus miembros, incidir de manera transversal y estratégica en las cuestiones relacionadas con los cambios climáticos y sus impactos en el mundo laboral.
En Alemania, el Programa Nacional de Transición Energética (Energiewende) tiene como objetivo promover la creación de empleos verdes y garantizar una transición justa para los trabajadores afectados por la reducción del uso de combustibles fósiles. Este programa incluye inversiones en energías renovables, eficiencia energética e infraestructura sostenible, creando nuevas oportunidades de empleo en sectores como la energía solar, eólica e hidroeléctrica.
Otro ejemplo que merece ser destacado es la política de Nueva Industria Brasil – NIB (neoindustrialización), lanzada en 2024, basada en la digitalización y descarbonización de las matrices energéticas y productivas del país, a través de líneas de financiamiento ofrecidas por instituciones como la Financiadora de Estudios y Proyectos (FINEP) y el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES).
Una de las principales metas de la Nueva Industria es la digitalización del 90% de las industrias nacionales para el 2033, resaltando la importancia de la innovación, de la infraestructura de conectividad y de las estrategias de gobierno digital. La descarbonización y la bioeconomía también figuran como ejes de acciones como las certificaciones de productos sostenibles (Sello Verde y Sello Amazonía), integradas a la estrategia para lograr metas de reducción del 30% en las emisiones de CO2.
En el mismo sentido, el proyecto Itaipú Más que Energía, de la Itaipú Binacional, pretende contribuir a la implementación de los ODS por medio de acciones de saneamiento ambiental, energías renovables, manejo integrado del agua y el suelo y obras sociales, comunitarias y de infraestructura que abarcan 434 municipios y alcanzan cerca de 11 millones de personas, demostrando la contribución que el Sur Global puede hacer para la formulación de políticas públicas eficientes para el desarrollo sostenible.
Las políticas de Transición Justa y el G20
El Grupo de Trabajo y Empleo del G20 tiene como uno de sus ejes el desarrollo de políticas de transición justa y, en 2023, los países del bloque participaron activamente en la adopción de la Resolución sobre una Transición Justa hacia Economías y Sociedades Ambientalmente Sostenibles para Todos, adoptada por la Conferencia Internacional del Trabajo.
El instrumento destaca la urgencia de promover una transición justa para lograr la justicia social, el trabajo decente y la erradicación de la pobreza, así como la participación activa de los actores involucrados, incluyendo a gobiernos, a empleadores y trabajadores, reconociendo el derecho a la negociación colectiva y la libertad sindical. El documento también ofrece un conjunto de políticas para promover un ambiente de trabajo seguro y saludable durante la transición hacia una economía baja en carbono.
Entre las recomendaciones específicas, se destacan la regulación sobre los límites de temperatura en el lugar de trabajo; el establecimiento de directrices para la protección contra la radiación ultravioleta; la formulación y aplicación de planes de respuesta a emergencias para fenómenos meteorológicos extremos; la aplicación de medidas de protección contra la exposición a eventos climáticos severos, como la suspensión de actividades y; la adopción de protocolos para la ejecución de actividades laborales de forma remota en caso de lluvias y tormentas severas para los trabajadores sometidos a la modalidad de trabajo presencial.
El instrumento destaca la urgencia de promover una transición justa para lograr la justicia social, el trabajo decente y la erradicación de la pobreza, así como la participación activa de los actores involucrados, incluyendo a gobiernos, a empleadores y trabajadores, reconociendo el derecho a la negociación colectiva y la libertad sindical. El documento también ofrece un conjunto de políticas para promover un ambiente de trabajo seguro y saludable durante la transición hacia una economía baja en carbono.
En el mismo sentido, la adopción del teletrabajo y jornadas híbridas por parte de instituciones públicas y privadas ha sido incentivada para la mitigación de causas y efectos no deseados de los cambios climáticos, reduciendo las emisiones de carbono y los costos de movilidad, optimizando la utilización del tiempo, garantizando la productividad y proporcionando protección y una mejor calidad de vida a los trabajadores al reducir los riesgos de enfermedades y accidentes.
La Seguridad y Salud en el Trabajo (SST), elevada a la condición de Principio y Derecho Fundamental en el Trabajo por la OIT en 2022, enfrenta ahora el desafío de implementar sus postulados ante la velocidad de los cambios climáticos, demográficos, tecnológicos, energéticos y productivos.
Considerando el historial de los países del G20 en la formulación de metas y objetivos colectivos dirigidos a garantizar derechos, diversificar y fortalecer las complementariedades económicas, así como ampliar el potencial de utilización de energías limpias y renovables, el bloque podría avanzar significativamente en la construcción de consensos hacia una transición justa que garantice y promueva la seguridad y salud de la clase trabajadora, reduciendo las desigualdades y generando desarrollo en una economía digitalizada y de bajo carbono.
Atahualpa Blanchet es investigador del Instituto de Estudios Avanzados de la Universidad de São Paulo (IEA/USP) y del Grupo Transformación Digital y Sociedad de la PUC/SP.