Las miradas ancestrales guían la visión del futuro en el G20 Social

La presencia de representantes de los movimientos sociales indígenas condujo el territorio al centro del debate y reforzó el hecho de que la justicia ambiental tiene que construirse con la participación social.

¿A la defensa del territorio también le prestan más atención las políticas que proponen un futuro que se guíe mejor por la sostenibilidad y la justicia ambiental? Esta pregunta se hizo oír de varias maneras durante la Cumbre Social del G20, en los espacios del evento que ocuparon los movimientos sociales indígenas, ya sea como público participante o como conferenciantes, tal como se pudo ver en la reunión plenaria "Sostenibilidad, cambio climático y transición justa".

La asamblea contó con la presencia de Paulo Teixeira, ministro de Desarrollo Agrario y Agricultura Familiar, y de João Paulo Capobianco, secretario ejecutivo del Ministerio de Medio Ambiente y Cambio Climático, a los cuales se unieron nombres de importancia internacional como Laurence Tubiana, economista, diplomático y negociadora jefe del Acuerdo de París; Adriana Marcolino, representante de la sociedad civil brasileña del DIEESE, y Marciele Tupari, coordinadora de la Secretaría de Articulación de los Pueblos Indígenas de Brasil (APIB). La presencia de Marciele agudizó bastante la tensión en el debate propuesto.

Marciele destacó en su discurso lo que definió como la "hipocresía" de aquellas autoridades políticas que hablan de acabar con la deforestación en el norte de Brasil, pero mantienen los planes de extraer petróleo en la desembocadura del Amazonas, o insisten en hacer inversiones en combustibles fósiles. "El gobierno insiste en crear fondos, hace promesas, pero las acciones no llegan al suelo en sí del territorio", destacó.

Desde el público, el coordinador general de APIB, Kleber Karipuna, le hizo coro a su petición: la justicia ambiental ha de empezar a partir de lo que enfrentamos en nuestras tierras. El pueblo brasileño no puede etiquetar la demarcación de las tierras como una agenda exclusivamente nuestra, como pueblos que reclaman este lugar (pese a ser una lucha por derechos que tendría que ser responsabilidad de todos), sino que nuestra demarcación debería ser la piedra fundamental de una estrategia para combatir la crisis climática.

“Es importante que estemos participando en los movimientos globales para plantear las demandas de nuestra realidad, del dolor que estamos sintiendo en nuestros territorios, traérselo a los grandes líderes globales. Pero también estamos ayudando a plantear lo que está en la COP del clima en los espacios del G20 Social", señaló.

La crisis climática exacerba las desigualdades de los derechos humanos ya existentes, las cuales inciden con especial intensidad sobre los pueblos indígenas, guardianes ancestrales de la selva. Esto es una crisis de sistemas: estamos ante una línea de desarrollo capitalista, en la que hay que tatuar al mundo con grandes construcciones, lo que ha producido desigualdad y no es sostenible.

Desde de esta perspectiva, como comunicador indígena y activista, hijo de los primeros ancestros de esta tierra, el mensaje que dejo aquí es: el futuro de Brasil es ancestral. Recuerden que los espíritus de la selva ya se han hecho eco de muchos mensajes de alerta a través de los pueblos originarios, pero ustedes han hecho oídos sordos. Comencé mi relato con una pregunta y lo termino con otra: ¿hasta cuándo permitiremos que la búsqueda del lucro y del poder ciegue nuestra capacidad de actuar en pro de un futuro digno para todos y para el planeta?"

El texto anterior fue elaborado por Uhnepa Inu Vake para la cobertura colaborativa del G20 Social. Este contenido fue producido durante la cobertura educomunicativa del G20 Social, que realizaron Viração Educomunicação y jóvenes participantes de RENAJOC (Red Nacional de Adolescentes y Jóvenes Comunicadores). Es una realización de Viração Educomunicação con el apoyo de la Fundación Friedrich Ebert en Brasil.

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