TRIBUTACIÓN INTERNACIONAL

La propuesta de Brasil en el G20 de gravar a los superricos podría recaudar hasta USD 250 mil millones al año

El documento ofrece apoyo técnico a la propuesta de la presidencia brasileña del G20 de gravar a los multimillonarios del mundo. Elaborado por el economista francés Gabriel Zucman, el estudio destaca la importancia de la cooperación internacional para evitar la evasión fiscal y los retos que plantea la implementación de una norma tributaria internacional.

25/06/2024 17:00 - Modificado hace un año
Iniciativa brasileira discutida no G20 quer taxar em 2% por ano as super-riquezas no mundo e já recebeu apoio de vários países  | Fofo: Zervas via Flickr
La iniciativa brasileña debatida en el G20 quiere gravar a los superricos del mundo con un 2% anual y ha recibido el apoyo de varios países. | Fofo: Zervas via Flickr

Un impuesto mínimo del 2% sobre la riqueza de los multimillonarios del mundo recaudaría entre USD 200 mil y 250 mil millones anuales. Esta estimación procede de la propuesta brasileña al G20 sobre la tributación a los superricos, elaborada por el economista francés Gabriel Zucman, profesor de economía en la Escuela de Economía de París y en la Universidad de California, y presentada el martes 25 de junio. 

El estudio muestra que el modelo de tributación progresiva afectaría inicialmente a unas 3 mil personas. Se trata de individuos con más de USD 1 mil millones de riqueza, distribuidos en activos, inmuebles, acciones, participación en la propiedad de empresas, entre otros, y que aún no pagan al menos el 2% anual del impuesto sobre la renta. "Solo se verían afectados los individuos que tengan un patrimonio líquido ultra elevado y con pagos de impuestos particularmente bajos", afirma el texto.

Zucman argumenta que el análisis hace que la propuesta brasileña al foro sobre un impuesto mínimo a la superriqueza sea "técnicamente viable" y subraya que el G20 Brasil fue valiente al presentar la iniciativa en los debates de las mayores economías del mundo. "Parece utópico, pero puede ser implementado por muchos países. Hay razones para pensar que lo lograremos con el paso de los años", aseguró. 

Para Felipe Antunes, coordinador general de Asuntos Financieros Internacionales del Ministerio de Hacienda de Brasil, órgano que coordina el Canal de Finanzas del G20, la propuesta brasileña suscita un gran interés y el momento en el que se ha planteado el debate ha resultado oportuno, pues varios países  han expresado su apoyo a un modelo de imposición fiscal a los superricos. Antunes reconoce que el debate está en sus inicios y debe tomar tiempo para ser debidamente abordado e implementado.

"Que los superricos paguen una parte justa de impuestos es una prioridad para el G20 Brasil. Todavía tenemos que tener debates paralelos para ver cómo llevar esta propuesta tributaria a los países, que podrán implementarla de diferentes maneras, utilizar sus esfuerzos y llegar a un entendimiento para que esta reforma pueda tener posibilidades de avanzar. No puedo decir con qué rapidez podremos avanzar. Ya hay conversaciones al respecto en algunos foros internacionales y lo presentaremos en todos ellos", indicó el diplomático.

Gabriel Zucman, el economista francés responsable de la matriz de la propuesta brasileña de gravar a los superricos en el G20. | Foto: Rebecca Omena/MF
Gabriel Zucman, el economista francés responsable de la matriz de la propuesta brasileña de gravar a los superricos en el G20. | Foto: Rebecca Omena/MF

Cooperación internacional 

En su análisis, Zucman subraya que la cooperación internacional es fundamental para mejorar la eficacia de la tributación de los superricos. "Un impuesto mínimo coordinado añade valor, porque en la práctica existe el riesgo de que oculten sus ingresos y los envíen a países que gravan con menos impuestos. Para eso se necesita un intercambio internacional y una norma común de gravamen que evite la competencia tributaria", dijo.

Sin embargo, subraya que el estándar normativo es flexible y puede ser implementado por los países como grupo o individualmente, a través de mecanismos fiscales domésticos como, por ejemplo, un impuesto estimado sobre una noción amplia de la renta o sobre las fortunas. "El G20 siempre ha sido muy eficaz a la hora de poner en la agenda iniciativas audaces e innovadoras, en términos de poder ofrecer una orientación política para acuerdos que puedan materializarse con el tiempo. Creo que eso puede darse aquí", señaló.

Retos y soluciones para la implementación 

La matriz de la propuesta brasileña de tributación progresiva pone de relieve los retos de la implementación para los países, como la determinación del valor de la riqueza de los individuos; la superación de la opacidad financiera internacional mediante la mejora de la transparencia de la información sobre las transacciones; y la coordinación internacional "imperfecta", ya que algunos países pueden adherirse a la norma de tributación y no es necesario que todos la implementen.

Aunque la iniciativa requiere un debate más profundo, la expectativa del economista es aprovechar los progresos previos en la coordinación internacional sobre tributación, como los intercambios bancarios y el impuesto mínimo a las multinacionales, temas que han sido debatidos en el ámbito del G20, y ampliarlos. "Considero que el plan de acción es un documento técnico, cuyo objetivo consiste en alimentar el debate político, para mostrar el número de posibilidades, los retos existentes y cómo superar los problemas potenciales que podrían surgir", analizó.

Para implementar la norma tributaria, Zucman subrayó que es necesario sopesar los costos y beneficios de la propuesta y que, por el momento, hay que centrarse en los miles de millones de dólares que se pierden cada año por no gravar a los superricos. "Estamos haciendo una propuesta básica para recaudar impuestos de 3 mil personas. En realidad, no costará tanto, sino una pequeña fracción de lo que esperan de los USD 250 mil millones de recaudación adicional", concluyó.

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