BIOECONOMÍA

La interlocución entre los conocimientos tradicionales y la ciencia moderna marca los debates de la segunda reunión sobre la Iniciativa de Bioeconomía del G20

Con base en los conocimientos ancestrales, la bioeconomía es una oportunidad de ingresos de billones de dólares es lo que señala el informe internacional del Consejo Empresarial Mundial para el Desarrollo Sostenible. Los debates sobre la importancia del conocimiento, desde las tradiciones orales hasta los más recientes avances de la ciencia moderna, para la bioeconomía han sido centrales en la segunda reunión de la Iniciativa inédita.

10/05/2024 9:30 - Modificado hace 2 años

USD 7,7 billones. Esta es la oportunidad de negocio proyectada para la bioeconomía circular según el informe del Consejo Empresarial Mundial para el Desarrollo Sostenible (WBCSD siglas en inglés), debatido en el contexto de la segunda reunión sobre la Iniciativa de Bioeconomía del G20, que concluyó el jueves, 9 de mayo.

La reunión tuvo como eje prioritario los roles de la ciencia, tecnología, la investigación, la innovación y los conocimientos tradicionales para la bioeconomía, en un debate multidisciplinar alineado con el modelo holístico de búsqueda e implementación de soluciones ya indicado por la ministra del Medio Ambiente y Cambio Climático, Marina Silva, durante la apertura de la reunión el martes, 7 de mayo, en Brasilia, Distrito Federal. Superar una falsa contraposición entre la bioenergía y la alimentación y seguridad alimentaria fue una de las agendas.

Además, se señaló que el debate sobre la bioeconomía debería ser intrínseco a los debates económicos generales y que reconocer el papel de las poblaciones tradicionales y las comunidades indígenas, disolviendo la dicotomía entre el conocimiento científico y el conocimiento tradicional, es fundamental para avanzar en el tema.

Bioeconomía como inversión de mercado

El informe, “Una oportunidad de negocio que contribuye a un mundo sostenible”, elaborado por el Consejo Empresarial Mundial para el Desarrollo Sostenible (WBCSD, por sus siglas en inglés), aborda las prioridades medioambientales urgentes y señala la bioeconomía como base de una economía sostenible, con los beneficios económicos y sociales aliados. La investigación muestra una ganancia potencial hasta el 2030 de 7,7 billones de dólares en productos de base biológica que complementen o incluso sustituyan a los convencionales, con énfasis en las energías, como el biodiésel, y el uso de biomateriales en las industrias farmacéuticas, textiles, de materiales de construcción y de embalajes.

La definición de la bioeconomía está mucho más relacionada con sus procesos que con sus productos, ya que durante la producción se usan los conocimientos y las tecnologías ancestrales. Foto: Tui Anandi/ Instituto Socioambiental

Por mucho que la primera reacción, al pensar en la bioeconomía, sea pensar en la biodiversidad, en realidad es algo mucho más amplio y hubo el reconocimiento de todos los países presentes sobre cuánto esto abre puertas. Un ejemplo sorprendente fue el de los Emiratos Árabes Unidos, sobre la exportación de biodiésel de residuos”, planteó el coordinador de la Iniciativa, el embajador André Corrêa do Lago, sobre las oportunidades de operar la bioeconomía también en países de menor biodiversidad

De la izquierda a la derecha, Leandro Pedron (director de Programas Temáticos del MCTI), embajador André Corrêa do Lago (secretario de Clima, Medio Ambiente y Energía del MRE), Carina Pimenta (secretaria nacional de Bioeconomía del MMA) y Cristina Reis (subsecretaria de Desarrollo Sostenible del MFaz). Foto: Audiovisual/G20
De la izquierda a la derecha, Leandro Pedron (director de Programas Temáticos del MCTI), embajador André Corrêa do Lago (secretario de Clima, Medio Ambiente y Energía del MRE), Carina Pimenta (secretaria nacional de Bioeconomía del MMA) y Cristina Reis (subsecretaria de Desarrollo Sostenible del MFaz). Foto: Audiovisual/G20

Modelos ancestrales en el centro

Con Brasil presidiendo el G20 este año, la tierra de las comunidades quilombolas y más de 260 pueblos indígenas, la integración entre las formulaciones clásicas de la ciencia, la tecnología, la investigación y la innovación a los conocimientos tradicionales, ha sido el tema de la reunión, con una evaluación positiva de los países participantes.

El Acuerdo de París de 2015 reconoció el conocimiento de los pueblos indígenas como científico, en un importante marco de legitimación de estas sabidurías. Sin embargo, desde hace siglos este conocimiento ya es replicado por la industria mundial como, por ejemplo, en el desarrollo de fármacos. Son los casos de la aspirina, que deriva de la corteza de sauce, y también de la morfina, que proviene de las semillas de la adormidera. Un ejemplo presentado por Carina Pimenta, secretaria nacional de Bioeconomía del Ministerio de Medio Ambiente y Cambio Climático (MMA).

“La relación entre biodiversidad y las economías existe independientemente de si un país es rico o no en biodiversidad, de si está cerca o lejos de servicios ecosistémicos, de los recursos naturales. La industria de la salud, por ejemplo, es una agenda de interés para todos los países, nuevos medicamentos, nuevas terapias, y gran parte de ellas son el resultado de nuestro conocimiento de la biodiversidad", dijo la secretaria. “Llevar a nuestros pueblos y comunidades a la vanguardia de esta agenda es lo que queremos, que sean parte integrante de este camino de la bioeconomía”, añadió.

La próxima reunión

La próxima reunión de la Iniciativa será en Manaos, Amazonas, en el próximo mes, del 17 al 19 de junio, inaugurando el ciclo de reuniones del G20 en la región norte de Brasil, en una inmersión en el bioma amazónico. El G20 Brasil es el primer foro multilateral en hacer el debate sobre la bioeconomía, acogiendo las diversas facetas del tema con visiones amplias de los países participantes. La iniciativa es inédita para el Grupo.

Ver también

Cargando