ANTICORRUPCIÓN

La corrupción agrava desigualdades y sustrae recursos de los más vulnerables, alertan secretarios de la CGU en el G20

En Natal, Brasil, la reunión del Grupo de Trabajo Anticorrupción del G20 reforzó la necesidad de cooperación internacional y la promoción de la integridad tanto en el sector público como en el privado.

26/10/2024 7:00 - Modificado hace un año
Secretarios Marcelo Pontes Vianna e Izabela Moreira Correa presentaron los resultados del Grupo de Trabajo Anticorrupción | Foto: Audiovisual G20
Secretarios Marcelo Pontes Vianna e Izabela Moreira Correa presentaron los resultados del Grupo de Trabajo Anticorrupción | Foto: Audiovisual G20

La reunión ministerial anticorrupción del G20, realizada en Natal, capital de Río Grande do Norte, sacó a colación discusiones sustanciales sobre la integridad pública y privada, además de destacar el impacto de la corrupción en las desigualdades sociales y ambientales. Durante el balance final del evento, los representantes de la Contraloría General de la Unión (CGU), Marcelo Pontes Vianna, secretario de integridad privada, e Izabela Moreira Correa, secretaria de integridad pública, presentaron los resultados obtenidos que culminaron en la elaboración de una Declaración Ministerial que será presentada en la Cumbre de Líderes del G20, los días 18 y 19 de noviembre, en Río de Janeiro. 

Marcelo Pontes Vianna enfatizó que el Grupo de Trabajo Anticorrupción se enfocó en cómo la lucha contra la corrupción puede contribuir a un mundo más justo y sostenible. “Nuestra principal preocupación este año ha sido discutir cómo las mayores economías del mundo pueden convertir sus decisiones en cambios efectivos para la sociedad", subrayó.

La reunión incluyó un evento paralelo con expertos, donde se discutieron maneras de promover la integridad y enfrentar los delitos de corrupción relacionados con el medio ambiente. Izabela Correa explicó que uno de los principales objetivos fue “aprender de las experiencias globales para construir políticas más eficaces y justas”. Subrayó que la corrupción no solo sustrae recursos públicos, sino que también contribuye al agravamiento de las desigualdades sociales y a la degradación ambiental.

La Declaración Ministerial representa un compromiso que venía siendo negociado desde hace dos años. Vianna celebró el consenso alcanzado bajo el liderazgo de Brasil, resaltando que el documento reconoce el impacto de la corrupción en la pobreza, la desigualdad social y el medio ambiente. “La corrupción afecta directamente a los más vulnerables, desviando recursos que deberían destinarse a políticas públicas que mejoran la vida de estas personas", afirmó.

Además, se aprobó el documento “Principios de Alto Nivel", que orienta a los países sobre cómo incentivar las empresas a adoptar mejores prácticas de integridad. Según Vianna, este enfoque va más allá de la prevención de la corrupción, porque involucra también la protección de los derechos humanos, la sostenibilidad y los derechos laborales. “Queremos que la integridad se aplique plenamente, no solo en sectores aislados”, afirmó. 

Otro producto destacado por Izabela Correa fue el “Accountability Report”, un informe de rendición de cuentas que evalúa cómo los países del G20 están implementando las recomendaciones hechas en años anteriores. “Este informe es una herramienta esencial para supervisar el progreso de los países en la promoción de la integridad y la prevención de la corrupción”, explicó.

La inteligencia artificial (IA) fue uno de los temas emergentes abordados en la reunión. El desarrollo de la IA presenta tanto oportunidades como desafíos para combatir la corrupción, y los representantes de la CGU destacaron la importancia de explorar estas tecnologías de manera ética. Izabela Correa mencionó que el informe señala necesidad de nuevos mecanismos de gobernanza para afrontar los riesgos y las oportunidades que la IA trae para la lucha contra la corrupción.

La importancia de la participación del sector privado en la lucha contra la corrupción fue destacada tanto por Vianna como por Correa. “El sector privado es una pieza fundamental en esta lucha. Tenemos que animarlos a adoptar medidas de integridad que vayan más allá del simple cumplimiento legal”, afirmó Vianna.

Además, la inclusión de la sociedad civil en el proceso fue vista como un hito importante. Durante las reuniones del grupo, cuatro grupos de compromiso participaron activamente en las discusiones, y la sociedad civil tuvo la oportunidad de colaborar en la formulación de documentos importantes, como el Background Paper, que sirvió como base para la declaración ministerial. "Estamos construyendo una gobernanza más colaborativa y participativa", destacó Correa.

Cuestionados respecto a la relevancia del tema anticorrupción en el contexto del G20, Vianna y Correa enfatizaron el impacto directo en la vida de las personas. “Cuando hablamos de corrupción, estamos hablando de métodos que desvían recursos de políticas públicas esenciales, perjudicando a aquellos que más lo necesitan", explicó Vianna. Resaltó que una cultura de integridad beneficia directamente a las personas dependientes de servicios públicos de calidad, además de crear un ambiente más justo para los emprendedores que siguen las reglas.

Correa recalcó que la lucha contra la corrupción debe involucrar a toda la sociedad. “Necesitamos considerar la integridad de manera amplia, involucrando al sector público, privado y a la sociedad civil. La transparencia y el acceso a la información son fundamentales para asegurar que las políticas públicas se diseñen y se implementen de manera justa e imparcial”, observó.

También destacó que la corrupción es un fenómeno transnacional y que, por lo tanto, la cooperación internacional es esencial. “Es imposible combatir la corrupción sin la colaboración entre los países, especialmente en un mundo globalizado. La recuperación de activos y la cooperación internacional son fundamentales”, concluyó.

En cuanto a la presidencia brasileña del Grupo de Trabajo Anticorrupción, el secretario Marcelo Pontes afirmó que Brasil deja un legado no sólo por los documentos aprobados, sino también por la forma en que lideró un proceso de gobernanza más colaborativo e inclusivo. La secretaria Izabela Correa destacó que el trabajo del grupo no termina con la reunión ministerial. “Ahora es el momento de garantizar que todos los compromisos asumidos a partir de aquí se lleven a la práctica y que sigamos avanzando constantemente", afirmó. Su conclusión es que la reunión en Natal no fue solo un punto de debate, “sino el inicio de una nueva fase en la lucha contra la corrupción, con impactos que prometen transformar las políticas públicas y la vida de las personas en todo el mundo”.

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