El combate a la pobreza energética por medio de fuentes limpias es la prioridad del G20, afirma ministro brasileño

El Grupo de Trabajo sobre Transiciones Energéticas discute la necesidad del acceso universal a la energía y a tecnologías limpias. En una reunión bilateral con el representante de la ONU, el ministro brasileño de Minas y Energía, Alexandre Silveira, resalta la importancia de las políticas públicas y la cooperación internacional en el sector.

"El mundo necesita combatir la pobreza energética en todas sus formas", declaró el ministro de Minas y Energía de Brasil, Alexandre Silveira, en un encuentro con Damilola Onguybi, copresidente de la ONU-Energía. Según Silveira, el propósito es garantizar el acceso universal a la energía eléctrica y a tecnologías limpias para que las personas cocinen.

Como ejemplo de política pública de lucha contra la pobreza energética, Silveira citó el programa brasileño Luz Para Todos, que utiliza sistemas off grid o aislados de la red (energía solar con baterías) para abastecer de electricidad a millones de hogares. Además, el ministro defendió el potencial de Brasil para ayudar a los países miembros del G20 en cuestiones sociales en la transición energética.

Según la Agencia Internacional de Energía (IEA, por sus siglas en inglés), se necesitan USD 8,000 millones al año para que se tenga acceso universal a la cocción limpia hasta el 2030. Esto representa triplicar los montos que actualmente se invierten en este rubro (USD 2,500 millones) para alcanzar esta meta en siete años.

"Un gran obstáculo para lograr el acceso universal a tecnologías limpias para cocinar es la falta de inversión y financiamiento de los sectores público y privado. En este sentido, las políticas exitosas relacionadas con el acceso a estas tecnologías, implementadas por algunos mercados emergentes y las economías en desarrollo, podrían presentar oportunidades valiosas para la cooperación con el Sur Global", agregó Silveira.

El ministro también propuso una alianza con los países africanos para ayudar en la planificación energética de los próximos años, como ha hecho Brasil a través de la Empresa de Investigación Energética (EPE, por sus siglas en portugués), vinculada al Ministerio de Minas y Energía. “Tenemos que reconocer la importancia de la planificación energética a largo plazo, en todos sus diversos frentes, para orientar las acciones, los instrumentos de financiación y las políticas de transición energética de los países”, declaró.

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